Langreo, Pablo ANTUÑA

A sus 34 años, Otero se ha convertido en uno de los pilares fundamentales del Langreo. El defensa que debutó con el Sporting en primera en la segunda vuelta de la temporada 1997-98, con apenas 19 años, lleva una vida ligada al fútbol. Pese a haber estado en equipos de la talla del Getafe, Ourense, Zamora, Cultural Leonesa y Ejea, el actual central del conjunto unionista sigue casi con las mismas ganas que en su comienzo. Hasta el punto de que en apenas dos temporadas se ha convertido en el referente de la defensa azulgrana y que su baja en los dos últimos partidos le haya trastocado los planes a Daniel Suárez. «Estoy pendiente de conocer los resultados de la resonancia y tener un tratamiento. Me estoy probando esta semana para ver si llego en condiciones de jugar mañana ante el Colloto», señala Otero.

Y es que su baja no sólo supuso un contratiempo en defensa. El veterano zaguero lleva seis goles en esta campaña y es el tercer máximo goleador de la entidad langreana. Todo ello bajo un punto clave: la estrategia. «Tanto Carly como yo se nos da bien el juego aéreo y si tenemos a un jugador como Alonso que pone muy bien los centros te facilita mucho las jugadas. Nunca había tenido temporadas como ésta de marcar tantos goles y además la gran mayoría de cabeza», analiza.

De los seis tantos, cuatro han sido en jugadas a balón parado y en jornadas muy seguidas. Así, los goles de Otero llegaron en el mejor momento de la temporada de los de Ganzábal, cuando encadenaron precisamente diez jornadas sin conocer la derrota.

Ahora, mientras el Langreo prepara la visita al Colloto, colista y ya descendido a Regional Preferente, una de las últimas preocupaciones de Daniel Suárez es recuperar a su eje en la defensa. Otero apura al máximo para dejar a cero una enfermería que tuvo muchos inquilinos en los últimos meses. Los goles y la veteranía de Otero serán uno de los factores clave en la lucha por el ascenso de los unionistas. Su compenetración con Kily, Nuño y Asenjo ha contribuido a que el Langreo sea el segundo equipo menos goleado de la categoría con 21 tantos en contra y apenas tres más de los que ha recibido el líder, el Caudal.

Por eso, ganas no le faltarán de contribuir a esta aventura que un año más, espera que tenga como colofón la participación en el «play-off» de ascenso. «Hay días que se hace más duro ir a entrenar porque compagino el fútbol con el trabajo diario. Sin embargo, uno se acaba acostumbrando a este rimo y a este buen ambiente y mientras siga teniendo ganas aquí estaré en el mundo del fútbol aportando mi grano de arena al Langreo», concluye Otero.