Ismael Díaz Galán, de 49 años, casado y padre de dos hijos, es un avilesino orgulloso de su tierra a pesar de que se fue a vivir a Gijón con cuatro años por las obligaciones familiares del padre, pero tiene familia en la ciudad y la visita habitualmente. Hace 10 años se asentó en Toriello (Ribadesella) y lo que más valora de su fichaje por el Avilés es que "hago muy feliz a mucha gente de mi familia, que es forofa del Avilés y que estuvieron hasta en las malas, por eso hay un componente sentimental que no me va a permitir bajar la guardia y me exigirá hacer mi trabajo con la máxima ilusión y entrega", explicó.

El director deportivo del club, José Manuel Barla, lo presentó ayer como nuevo técnico blanquiazul tras la destitución de Josu Uribe, y Galán, exentrenador del Oviedo entre otros equipos, hizo un repaso de sus planes y objetivos.

Así dijo que "se mezclan muchas sensaciones porque nací a 100 metros del Suárez Puerta y alguien, ahí arriba, estará disfrutando de que su hijo esté al frente del equipo que me vio nacer. Siempre deseé llegar al Avilés como jugador y después, al no lograrlo, como entrenador. Y me llegó cuando menos lo esperaba¨.

Díaz Galán dice sobre el momento de su nuevo equipo que "es obvio que no son las mejores circunstancias porque no quisiera que hubiese sido a costa de que un compañero caiga pero la situación es la que es y a nadie se nos escapa que los resultados del equipo no son buenos este año. Yo llego con la ilusión de cumplir ese sueño casi infantil de poder entrenar en este equipo y de jugar en ese estadio que vi desde pequeño casi como primera visión desde mi casa. No hice nada para que me llamaran pero cuando lo hicieron no hablé de condiciones, excepto que no hubiera entrenador. Todo lo demás me sobra siendo el Avilés, en otro club habría sido diferente".

"Otro factor que me moviliza la sensibilidad es saber que la decisión se toma aconsejada por exjugadores, porque al final lo que realmente importa es lo que opinen los que conocen tu trabajo. Sé que la opinión de Barla ha jugado un papel importante después de la dura experiencia que tuvimos en Cádiz (fue cesado al mes al inicio del año 1998), y otros jugadores consultados también hablaron bien de mi. Ahora conozco a muchos de los jugadores y he visto que su reacción ha sido positiva y todos estos factores me hacen sentir un orgullo especial por afrontar este reto", señaló.

El nuevo técnico del Avilés se reunió ayer por primera vez con los jugadores aprovechando el entrenamiento de Miranda y su mensaje a la plantilla fue muy claro. "Quitaos las telas de araña de la cabeza porque desde el miércoles empezamos una nueva etapa, algo nuevo. En las dinámicas negativas todo parece insalvable y de ahí se sale con trabajo y con una sonrisa", explicó.