Ganar sin jugar bien es importante para un equipo que quiere ser protagonista en cualquier competición, y eso es lo que hizo ayer el Avilés al vencer al Mosconia con un gol a balón parado en los minutos finales. Los avilesinos evidenciaron que están faltos de ritmo y de efectivos después de una pretemporada marcada por las dudas, y sufrieron mucho ante un Mosconia que tuvo las dos ocasiones más claras del partido (ambas en la segunda parte) y que dejó una gran imagen en el Suárez Puerta.
El partido fue intenso en la disputa aunque deslucido por las interrupciones, sobre todo en el segundo tiempo. En la primera parte hubo pocas ocasiones y fue el Avilés el que dio más sensación de peligro, aunque no acertó en los últimos metros y nunca logró imponer su juego frente a un rival que presionaba con orden en todo el campo y trataba de salir en velocidad. Cumplida la primera media hora de juego, el partido estaba más donde quería Nacho Cabo que Pablo Lago, aunque el dominio era local.
El gol rondó la portería moscona en el minuto 33 con un córner botado desde la izquierda por Nacho Méndez que sacó Dani Rivas con una buena intervención. El Mosconia se hizo más con el balón a partir de ese momento y enlazó buenas triangulaciones en el centro del campo haciendo correr mucho al Avilés, aunque muy lejos de Guillermo.
El colegiado mandó a los jugadores al vestuario un minuto antes de lo que marcaba el cronómetro del campo y la afición local se quedó con la sensación de que algo tenía que cambiar para que los suyos se quedaran con los tres primeros puntos de la temporada en su retorno a Tercera División.
El inicio de la segunda parte, sin embargo, no aportó nada nuevo. El Mosconia incluso salió más decidido en busca de la portería local, mientras que el Avilés seguía espeso en el centro del campo, la zona donde más fuerte se mostraba el rival.
Luismi desperdició una buena ocasión en el 60 al recoger un centro de Jorge Fidalgo por la derecha, pero su remate desde el punto de penalti lo rechazó la defensa. Y a continuación Vázquez tuvo la primera visitante clara con un disparo que se marchó lamiendo el larguero con Guillermo fuera de la portería al calcular mal un saque de Dani Rivas. El Mosconia seguía muy serio y Lago intentó cambiar la dinámica con la entrada de Cristian, pero al delantero le falta aún rodaje después de un mes parado por lesión.
El Avilés notó un bajón físico a partir de la media hora de juego y en el 73 Aitor Segovia tuvo la segunda clara para adelantar a los de Grado al controlar el balón totalmente solo ante el Guillermo, pero el portero local ganó el uno contra uno y atrapó bien por bajo. Pablo Lago reaccionó y puso en el campo toda la artillería con la salida de Marcos Torres, la última incorporación y que apenas lleva una semana entrenando. La jugada le salió bien porque el delantero gallego dio los tres puntos al Avilés en el 84 al rematar cruzado en el primer palo un córner de Nacho Méndez por la derecha. El equipo había buscado el peligro a balón parado y al final logró su fruto después de varios intentos. El gol fue recibido con enorme alegría por una grada que ya habían abandonado algunos aficionados resignados al empate.
El Mosconia intentó reaccionar en los cinco minutos de prolongación, pero el Avilés se cerró bien y los tres puntos se quedaron en casa. Los blanquiazules afrontan ahora con más tranquilidad los dos compromisos seguidos lejos del Suárez Puerta, frente al Tuilla y el Covadonga.
