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La triste figura

Juanfran representa mejor que nadie la enésima decepción del Atlético de Madrid

En la historia de desdichas del Atlético, Juanfran será para siempre el rostro de la decepción de Milán, por el poste contra el que se estrellaron las ilusiones de tanta gente. El alicantino representa muy bien la rebeldía contra la adversidad del "cholismo", que el sábado volvió a quedarse a unos centímetros de la gloria. Los que separaron ese balón impulsado por la bota derecha de Juanfran de la red de Keylor Navas. Los calambres de Filipe Luís y Koke le obligaron a asumir una responsabilidad que no le correspondía, como ya había hecho con el lanzamiento decisivo de la eliminatoria frente al PSV. Como el Atlético, seguro que Juanfran se levantará. Lo ha hecho muchas veces en su carrera futbolística: primero, por su descarte en la cantera del Madrid; después, por episodios tan surrealistas como aquella visita al Bernabéu con Osasuna, en la que acabó expulsado tras sufrir dos penaltis que el árbitro se tomó como simulaciones, y también por su capacidad para reconvertirse en lateral para formar parte del engranaje que Simeone ha llevado a cotas inimaginables.

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