Aunque en asuntos de dopaje no conviene poner la mano en el fuego por nadie, a sus 37 años Jesús España puede presumir de deportista limpio. El atleta madrileño ha alcanzado un nivel muy estimable por sus propios medios, con mucho trabajo y una fuerza de voluntad digna de todo crédito. Por eso merece respeto su iniciativa de impulsar una plataforma "para sacar a la luz la verdad y el nombre de los implicados" en la Operación Puerto, que sigue siendo la mayor trama de dopaje sanguíneo descubierta en el deporte mundial. A través de "change.org", Jesús España solicita apoyo para que la jueza que lleva el caso entregue las bolsas de sangre sospechosas a la Agencia Española Antidopaje: "Así se conocerían los nombres y que pague quien tenga que pagar". Sólo entonces habrá justicia para los deportistas, como España, que no toman atajos.