El empate del Oviedo en Montilivi deja más lecturas positivas que negativas, al tratarse de un campo muy complicado donde no muchos equipos lograrán puntuar esta temporada. La mayoría de cosas buenas vienen de la defensa, una línea en la que el equipo ha mejorado mucho en las últimas semanas. No es que antes fuera flojo en la zaga, pero ahora ha encontrado la regularidad.

El Oviedo de Hierro es francamente bueno en la transición ataque-defensa, Es su especialidad. Cuando el equipo pierde la pelota sabe cuándo y dónde tiene que apretar, Ese repliegue defensivo es buenísimo, de los mejores de la categoría. Si acumula gente arriba y pierde la pelota, el equipo da un paso adelante y presiona al rival para intentar recuperarla. Además, sabe tapar las líneas de pase, gana muchos duelos y sabe sufrir cuando toca hacerlo.

Ya dijo Machín, entrenador del Girona, que su equipo suele crear 7 u 8 ocasiones de gol por partido en casa y, en cambio, contra el Oviedo solo fue capaz de hacer un par de oportunidades. Es un mérito incuestionable del trabajo defensivo de los de Hierro.

Otro aspecto que me parece interesante es la capacidad que tiene el equipo para ir adaptándose al partido. El equipo puede estar con un 4-2-3-1 y en determinados momentos meter dos hombres en ataque. Cambiar sobre la marcha, Antes el sistema era inamovible, con los dos pivotes parados, ahora va cambiando en función de las necesidades del partido. El equipo ha crecido, es una mejora importante de cara al futuro.

Esas son las cosas más positivas. Los problemas los veo en la transición defensa-ataque. A veces, el Oviedo quiere atacar a través de posesiones largas y así no genera ocasiones. Creo que el Oviedo es más peligroso con espacios y velocidad.

En realidad, veo que el equipo puede hacer daño al rival de tres maneras diferentes. 1, con pocos toques y moviendo el balón rápido: jugando a la contra. El Oviedo tiene futbolistas muy buenos para este estilo, como Toché, que tiene un gran desmarque; o Michu, un especialista desde segunda línea. 2, cuando el equipo recupera el balón y decide parar el juego sería conveniente que no transitara por todas las zonas del campo. Puede jugar una diagonal hacia Michu o Toché y a partir de ahí el Oviedo es un equipo letal. Si ganas la segunda jugada se te abre un horizonte interesante. 3, la estrategia. Hay que explotarla más que lo que se ha hecho hasta ahora. Creo que Susaeta es una pieza fundamental en el sistema del Oviedo: por su capacidad a balón parado y por su forma de juego, que da amplitud al ataque. Además, hace que el rival se eche atrás. El contrario ve a Susaeta, que es centrador, y dos rematadores como Toché y Michu y tiene miedo.

Soy consciente de que muchas veces fuera de casa la posesión es una vía para escapar del dominio rival. Cuando te someten, te haces con la pelota y la llevas a zonas donde el equipo pueda respirar, para recuperar. La clave está en saber cuándo hacerlo.