El Marino se llevó un buen susto el pasado domingo ante el Ceares en Miramar y tuvo que esperar a la última jugada para quedarse con tres puntos vitales en la pelea por el cuarto puesto gracias a un gol de Cárcaba que ponía el 3-2 en el marcador. Y eso que las cosas pintaban muy bien cuando el mismo Cárcaba adelantaba a los luanquinos a los cuatro minutos, pero Cayarga primero y Natan después adelantaron a los gijoneses.

El conjunto azulón analizó el vídeo del partido en el vestuario antes del entrenamiento de ayer en Balbín y la conclusión es que se sufrió en exceso porque se hicieron cosas mal, como las imprecisiones en el pase o los fallos tácticos, pero también hubo cosas buenas como las siete ocasiones claras que generó el equipo ante la portería de Nacho por una (más el gol) del rival, y sobre todo el acertado trabajo de repliegue que impidió que el Ceares culminara alguna de las peligrosas contras que montó con superioridad aprovechando que el Marino estaba volcado en busca del gol.

Los jugadores luanquinos asumen que no jugaron bien y, sobre todo, que no se plasmó sobre el campo el trabajo táctico que se había preparado durante toda la semana porque se falló en la vigilancia y en muchas ocasiones se presionó a destiempo la salida del balón del conjunto cearista, pero valoran sobre todo los tres puntos sumados. "Quizás cometimos más errores que en otras ocasiones, pero peleamos y sacamos adelante los tres puntos", resume el técnico, Adolfo Pulgar.

El vestuario azulón se conjura ahora para ganar el partido del próximo domingo (17.00 horas) en Santa Bárbara ante el Lugones, que volvió a puestos de descenso tras perder esta jornada (0-3) ante el líder Langreo.