Arranca el último mes de la temporada. Es tiempo de añales, de grilses como se les conoce a nivel mundial, o monos como se denominan en los ríos de Asturias. Estos pequeños salmones solo han pasado un invierno en alta mar, adelantando el regreso a sus ríos de origen. Por ello no han engordado tanto como aquellos congéneres que han permanecido en aguas salobres de dos a tres inviernos. Su peso medio oscila entre el kilo y medio y los tres kilos. Los últimos días de primavera y primeros días de verano coinciden con la llegada de estos ejemplares que suelen alegrar las estadísticas de final de temporada. En algunos años, ocurre de forma significativa. Machos en su mayoría, por lo que no son muy valorados genéticamente, darán las últimas alegrías a los aficionados que visitan los ríos asturianos. Una vez prendidos del anzuelo presentan mucha resistencia, ya que poseen una fuerza desproporcionada a su tamaño. Su belleza estética se encuentra fuera de toda duda, especialmente cuando están recién entrados, como el bonito ejemplar que acompaña a estas líneas, capturado en una zona libre sin muerte del río Narcea.
