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Cristiano, un ego de oro

Como no se lo dice nadie, más allá de su familia y aquellos que intentan sacar algún beneficio de la adulación, Cristiano Ronaldo aprovechó el quinto Balón de Oro para masajear su ego inabarcable: "Soy el mejor jugador de la historia". La frase ya tiene tela para alguien que ha coincidido con un tal Leo Messi, pero es que el portugués de un plumazo ha mandado al rincón a los cuatro grandes de todos los tiempos, generalmente reconocidos: Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona. Y eso sin contar otros, como Platini, Van Basten, Zidane o Ronaldo Nazario, por citar los más próximos, que estuvieron muy cerca de la cumbre. Porque, más allá de balones de oro y títulos colectivos en los que resulta difícil determinar la influencia individual, los cuatro primeros marcaron una época con su excelencia futbolística. Cristiano Ronaldo es un deportista ambicioso, un atleta excepcional y por sus números puede aspirar a ser el mejor goleador de la historia, pero el fútbol es mucho más que músculo y goles.

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