Monchi Reguero es un clásico del fútbol avilesino a sus 51 años. Fue campeón de Asturias de ciclismo durante ocho años en las categorías inferiores, pero lo dejó por el fútbol. Jugó en el Ensidesa y luego con el primer equipo de la fusión. Pasó por el Mosconia, Praviano, Candás y otros clubes hasta que una lesión en la rodilla derecha le obligó a retirarse y empezó a entrenar en la escuela del Avilés, en la que estuvo durante quince años. La siguiente etapa fue en el Quirinal como coordinador deportivo y con Victorino Arias de presidente. "Empezamos con cinco equipos y me fui dejando 21 equipos y 321 chavales en diez años", recuerda.

Su inquietud le llevó a conocer el fútbol femenino como coordinador del Femiastur durante año y medio de la mano de la presidenta, Sita Méndez y en su etapa el equipo ascendió a Segunda.

- ¿Cómo afronta esta nueva etapa con el Avilés Stadium?

-Con la misma ilusión que genera la creación del propio club. Es un reto difícil porque el fútbol en Avilés está masificado por la cantidad de equipos y clubes que hay, pero no tenemos nada que perder con una escuela que promete sacar chavales para el primer equipo, que es la misión.

- Todo sería fácil si fructifica la fusión con el Deportivo Avilés

-Si, sería un adelanto de unos tres años y contaríamos con una serie de equipos y una cantidad estimable de jugadores que es una buena base para empezar a trabajar. Y de no fructificar empezaríamos de cero sin ningún problema, sin prisas y sentando una buena base. Yo creo que la clave es buscar resultados a largo plazo y siempre mirando la mejora de los chavales, que es lo que buscamos. Creemos en una escuela deportiva con valores de humildad, honestidad, esfuerzo, y trabajo. Pretendemos que sepan que en la vida no es sólo fútbol.

- ¿Con qué objetivos se plantea la escuel a del Stadium?

-Lo primero, intentar que todos los críos estén contentos y no romper las ilusiones de los chavales que quieren jugar al fútbol. Hay que apoyarlos y eso se hace sin buscar resultados a corto plazo porque uno de los males en las categorías inferiores es la excesiva competitividad que los frustra. Nosotros queremos apoyarlos en todo, deportiva, psicológicamente y en los estudios para que esa frustración no llegue.

- ¿Una escuela diferente para un club diferente?

-Lo intentaremos, aunque es difícil, pero insisto en que vamos a intentar no engañar a ningún niño y captar la colaboración de los padres en su faceta porque es importante que colaboren con el club. Llevo 30 años trabajando con chavales y tengo ganas porque creo que en Avilés se pierden críos de calidad que se van a Oviedo y Gijón porque se sienten defraudados y yo no quiero defraudar a nadie.

- ¿Ya empezó a trabajar?

-Estoy en contactando con técnicos, además de tener reuniones con el Avilés Deportivo y a partir de ahí empezaremos a hacer la escuela sin plazos. En el deporte con niños son ellos los que marcan los plazos y el nivel que necesitan, y no se pueden poner otros plazos. Alguna veces llega una buena remesa y hay que crecer con ellos, en otras ocasiones hay que esperar un poco más. En estas edades no se puede imponer el ritmo.

- ¿Cómo quiere que se conozca la escuela del Stadium?

-La ilusión es llegar a ser una referencia en el fútbol base avilesino y que los jugadores se vean reflejados en el primer equipo. En los diez años que estuve en el Quirinal trabajé con la misma ilusión del primero al último día y en un momento decidí que había llegado el final de la etapa, y aquí espero cumplir también mi etapa para dejar paso a otra gente que siga empujando por el club.

- ¿Y para finalizar?

-Dar las gracias a todos los que confíen en este nuevo proyecto, intentaremos no defraudar a nadie y ser responsables porque trabajamos con niños, que no son productos, son personas y lo primero que haremos será dar un trato humano exquisito porque lo deportivo irá llegando por si sólo.