La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Culé Moyáu

Sólo una buena canción en "Anoeta"

Estaremos de acuerdo en que no todos los discos de los Rolling Stones, de Alanis Morrisette, de Lenny Kravitz o de Paul McCartney son redondos (no entiendan esto de forma literal), pero eso no impide que nos gusten mucho los Rolling, Alanis, Kravitz o McCartney. A los que nos gusta Andrés Calamaro, por ejemplo, no nos importa demasiado que Calamaro se presente a veces en nuestras vidas con un puñado de canciones que, en fin, podría haberse ahorrado sin que temblaran los cimientos de la música popular. Quiero decir con esto que "Anoeta", el último disco del Barça, no es bueno. Es malo. "Anoeta" incluye canciones horribles como "Me llamo Semedo y estoy un poco perdido", "La gran oportunidad de Rafinha" y "¿Dónde demonios está Busquets?". Sin embargo, "Anoeta" se ha vendido bien y, de hecho, el Barça es líder sin que Messi haya tenido que inventarse uno de esos solos de guitarra que nos dejan a todos con la boca abierta. Misterios de la música.

Lo que ocurre es que, cuando se trata de los grandes, una buena canción puede compensar un mal trabajo. "Anoeta" es un despropósito que no merece una segunda oportunidad, pero incluye una canción de tres minutos que los aficionados recordaremos durante mucho tiempo. Esa canción es "Dos goles de churro después de dos saques de esquina", y podemos considerarla un experimento de Valverde o la prueba de que las musas del fútbol están con el Barça. En esa canción de tres minutos, Luis Suárez y Dembélé marcaron dos goles feos como demonios pero que sonaron muy bien. Sonaron a victoria. Es verdad que "Dos goles de churro después de dos saques de esquina" no habría sido posible sin los coros de Ter Stegen, que evitaron el desastre total de "Anoeta" con un par de estupendas paradas, pero el hecho es que sin esos goles ahora estaríamos hablando de uno de los peores discos de la historia reciente del Barça. La conclusión que podríamos sacar es que las guitarras de Busquets y Coutinho son imprescindibles y que, de momento, las canciones en las que interviene Arturo Vidal significan un bajonazo muy peligroso para el resultado final del disco.

El Barça puede permitirse publicar un mal disco de vez en cuando, siempre que ese disco incluya una buena canción. Pero la temporada pasada el Barça lanzó un disco horrible en Roma y nos quedamos fuera de la Liga de Campeones. "Dos goles de churro después de dos saques de esquina" salvó "Anoeta". No siempre será así. Necesitamos mejores canciones.

Compartir el artículo

stats