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Culé Moyáu

Mirar antes de cruzar

Primero, el Sevilla. Luego, el Inter. Y, ayer, el Real Madrid. Tres victorias. Las dos últimas, sin Messi. Y cinco goles al Madrid. ¿Consecuencias? Supongo que un entrenador debería dimitir o, si no tiene la suficiente honradez profesional, tendría que ser cesado con la misma velocidad con la que el doctor Bruce Banner se transforma en Hulk. No me estoy refiriendo a Lopetegui, entrenador del Real Madrid (al menos, cuando escribo estas líneas), sino a Luis Enrique, entrenador de la selección española de fútbol. Contra el Sevilla, el Inter y el Madrid, un tal Jordi Alba dejó claro que, a diferencia de Vito Corleone en "El padrino", la no convocatoria de Alba con la selección no es una cuestión de negocios, sino sólo personal. Florentino Pérez puede hacer lo que le dé la gana con el Madrid, incluso llamar de nuevo a Mourinho, causa directa del Madrid más desagradable de todos los tiempos. Pero Luis Enrique, no. Estoy deseando escuchar los argumentos del seleccionador nacional para justificar su patético desprecio a Jordi Alba. Pero, de momento, disfrutemos de las victorias.

He oído por ahí que el Madrid tuvo mala suerte. Lo curioso es que los mismos que hablan ahora de la mala suerte del Madrid son los mismos que negaban la buena suerte del Madrid en época de Zidane. Mala suerte o buena suerte, lo importante es que el Barça jugó muy bien, y supongo que estaremos de acuerdo en dos cosas. Primera. El peso de la ausencia de Ronaldo en el Madrid es mucho mayor que el de la ausencia de Messi en el Barça. Y segunda. Los quince buenos minutos del Madrid en el Camp Nou coincidieron con los quince minutos malos del Barça. Podríamos añadir una tercera. Sergi Roberto es tan buen jugador como Benzema es mal delantero centro. E incluso una cuarta. No hay nada hecho para el Barça y no hay nada perdido para el Madrid. Stephen Hawking decía que incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle. Estoy seguro de que muchos culés miraron antes de cruzar la calle durante gran parte del partido Barça-Madrid, a pesar de que el destino (o la suerte, según algunos) parecía favorecer al Barça y perjudicar al Madrid. Y así hay que seguir. Simeone habla de ir "partido a partido". Creo que es mejor no perder la costumbre de mirar antes de cruzar la calle, sobre todo ahora que ni Sevilla, ni Inter, ni Madrid, ni Messi en la grada han sido un obstáculo insalvable.

Próxima parada, Cultural Leonesa. Yo miraría antes de cruzar.

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