Tres entrenadores en 48 horas. Más que una trituradora, la Segunda División se ha convertido en algo así como un laboratorio de ensayo acierto/error para los dirigentes y secretarios técnicos. Por quedarnos con lo último, nada que decir a las destituciones de Rubén Baraja y José Ramón Sandoval, pero es que la jornada empezó el viernes con la destitución exprés de Manolo Jiménez tras un 2-2 de su equipo frente al Granada, que además empató casi en el último minuto. Un repaso a los cambios anteriores deja entrever que raramente logran el efecto pretendido: Joseba Etxeberria se fue en la quinta jornada dejando al Tenerife decimonoveno, con tres puntos y nueve partidos después es decimoctavo con 14; el Zaragoza destituyó a Idiakez en la décima (16.º con 11 puntos) y ahora es 15.º con 15. Enrique Martín llegó al Nàstic colista, con 6 puntos, y ahí sigue, con 9. Una jornada después, Alberto Monteagudo ocupó el puesto de Javi López en el Lugo (decimoquinto con 12) y hoy es decimoséptimo con 13. Lo que confirma que muchas veces se trata de cambiar por cambiar.
Una semana de pasada