Guillermo Arenas (Oviedo, 1977) regresa este sábado a la que fue su casa, Pumarín. El entrenador cumple su tercera temporada en el Levitec Huesca y, tras conseguir la permanencia en las dos anteriores campañas está siendo una de las sensaciones en el inicio de la nueva temporada. El técnico habla, para LA NUEVA ESPAÑA, antes de un encuentro tan especial.
- Un comienzo para enmarcar con 8 victorias en 11 partidos.
-Estamos muy satisfechos. No era esperado. El inicio marca la temporada del equipo a la hora de coger confianza y de que los jugadores crean en el trabajo. Tenemos mucha ambición y hemos conseguido competir en todos los partidos, pese a contar con una plantilla prácticamente nueva. Pese a todo, tenemos que ser realistas: el objetivo de Huesca es la permanencia.
- Han ganado a los dos recién descendidos: Betis y Bilbao.
-Y toca trabajar muchas horas para que eso sea posible, para tener las armas necesarias para vencer a esos equipos o a otros que se han reforzado muy bien. El trabajo tiene recompensa.
- ¿Qué tal le van las cosas en Huesca en el plano personal?
-Contento. Es mi tercer año. La ciudad es pequeña y todo el mundo te conoce. El trato es muy bueno y las victorias ayudan. En los dos años anteriores los resultados fueron más complicados, pero logramos el objetivo. Este año, entre todas las partes, hemos decidido renovar la plantilla. En el club es un lujo tener a gente cercana que confía en lo que haces y te deja trabajar.
- En sus filas cuenta con dos exjugadores del Oviedo Baloncesto: Sans y Karahodzic.
-Agustí es el único jugador de la pasada temporada que se ha quedado. Le faltaba un poco de confianza al llegar aquí. Ha dado un paso adelante al ser capitán. Este año ha asumido muy bien su rol, pese a tener a otros dos buenos jugadores en el puesto de base. Kenan es un tío de equipo, de hacer vestuario. Ayuda mucho en cada entrenamiento y cuenta con mucha calidad y bagaje, pese a ser un jugador joven. Tiene que tener confianza en sí mismo.
- ¿Tiene la sensación de haberse asentado en la LEB Oro?
-Creo que aún me queda mucho. Hay entrenadores con mucha más experiencia que mis cinco años. Estoy feliz por seguir aprendiendo y por avanzar como entrenador y persona. Cada año se aprende mucho, con multitud de situaciones distintas.
- ¿Qué representa volver a Oviedo?
-Es volver a casa, a un sitio donde estuve diez años. Es mi ciudad. Mi casa.
- La temporada pasada Pumarín le tributó una gran ovación.
-Fue una grata sorpresa que la gente se acuerde del trabajo que se hizo durante aquellas tres temporadas, donde conseguimos el ascenso y jugar unos play-off a la ACB. Se enganchó a mucha gente al baloncesto. Estoy feliz porque la gente recuerde eso, el trabajo de un hombre de la casa que quiere que el equipo de su ciudad esté arriba.
- ¿Cómo ve al Liberbank Oviedo?
-Muy fuerte. Se ha asentado en los puestos de arriba. Estoy seguro que el cambio de patrocinio les ha hecho crecer y eso ayuda a hacer una plantilla con opciones a todo. Su inicio ha sido complicado por el tema de las lesiones, pero han demostrado ser un equipo que está perfectamente acoplado y ya ha mostrado su potencial real.
- ¿Cuánto afectan tantas bajas?
-El Oviedo ha demostrado que no les afecta. Tienen el ritmo de juego claro para hacer daño a los rivales y saben dónde sacar ventajas y cómo protegerse en defensa. La prueba son los resultados que han tenido.
- Fran Cárdenas es una de esas bajas y es un jugador al que usted tuvo en su etapa en el Oviedo Baloncesto.
-Me da mucha rabia no poder enfrentarme a él. Disfruté mucho teniéndolo como jugador y tenía especial ilusión por jugar contra él, tras haber superado una lesión tan grave. Quiero mandarle un fuerte un abrazo y mucho ánimo para que se recupere cuanto antes. Estoy completamente seguro de que con su fortaleza volverá a disfrutar en el campo.
