El Teslacard Círculo Gijón no pudo dar la sorpresa en su visita al Basket Navarra (78-70). Las numerosas pérdidas, con un total de 17, algunas decisiones puntuales de la parcela arbitral y el desacierto de jugadores como Martyce Kimbrough, que atraviesa un bache de juego preocupante, impidieron que el equipo de Nacho Galán, que tiene trabajo extra con el escolta americano, sumase su primer triunfo como visitante.

Y es que ya en el inicio se percibía que el balón quemaba demasiado en las manos de los jugadores, con numerosas imprecisiones y pérdidas por partes iguales. Los gijoneses comenzaron atacando la zona, con principal papel para Osayande, mostrándose el equipo sin complejos ante el poderoso cuadro local. Un mate de Saúl Blanco, tras un robo de Djordjevic, que volvió a sacarle una gran rentabilidad a sus minutos de juego, obteniendo dígitos muy positivos con el pívot en la cancha, llevaba el 16-22 con el que se llegaba al primer cuarto.

Y la renta se amplió aún más. El inicio del segundo cuarto fueron los mejores minutos de los de Galán y los peores del Basket Navarra, desacertado en sus tiros. Tras triple de Moro y una nueva canasta de Djordjevic, el Teslacard logró su máxima renta de +13 puntos (16-29). El local Fuentes dinamitó el partido, le dio un cambio de ritmo a los locales y encabezó un parcial local hasta el descanso de 23-5, que volteó por completo el marcador. Los numerosos errores de un Kimbrough desconocido en los últimos encuentros, situaron el 39-34 al descanso.

El retorno de los vestuarios trajo consigo otro inicio dubitativo y errático del Teslacard. Galán introdujo la zona para buscar una solución a la sangría de los locales, que se escapaban a la docena de puntos (48-36), la cual ofreció un resultado positivo porque el Teslacard, al menos, no perdía gran comba para entrar a los últimos diez minutos con el 56-48 en el electrónico, a pesar de que faltaron ideas para contrarrestar la defensa navarra.

Sustos de Moro y Saúl

El Teslacard se situó hasta en dos ocasiones a seis puntos de su rival. Un cuarto en el que llegaron los sustos en modo de molestias, tanto de Saúl Blanco como de Ángel Moro. A pesar de la corta rotación con la que se contó para el encuentro, los gijoneses no dieron el partido por perdido, pero cuanto más cerca estaban llegaron las antideportivas al propio Moro y, otra más a Yengue, que en busca de un rebote en ataque a falta de un minuto y con 73-67, se llevó una antideportiva que dejó incrédulos a los jugadores y al técnico Nacho Galán.

Al final, el Teslacard regresó de vacío en un partido en el que tenía poco que perder, pero en el que volvió a tener sus minutos de esperanza para dar la campanada.