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Patinaje

El Náyade coge velocidad

El club moscón de patinaje, con 44 deportistas, afronta los cambios en la disciplina con trabajo y formación para entrenadores

Algunas de las patinadoras del Náyade, en el polideportivo de Grado. S. ARIAS

Trescientas cincuenta y dos ruedas se deslizan lunes, martes y jueves sobre la pista del polideportivo municipal de Grado. Las niñas del Club Patinaje Náyade disfrutan de este deporte, que está cambiando a velocidad de vértigo por la influencia de la modalidad sobre hielo. Todavía no compiten en esta disciplina, pero ya se están entrenado, lo que conlleva muchos cambios y mucho trabajo para el equipo. Unos cambios para los que se formarán entrenadores asturianos mañana y pasado en la villa moscona.

Y siguen dando todo en las copas y torneos que disputan. Su entrenadora, Zoraida Martínez Pulido, ha llevado a cuatro campeonas de Asturias: Aída Bernardo, Nuria Fernández, Alma López y, aún en competición, Alba Enríquez. "Del patinaje me gusta todo, tanto entrenar como competir y conocer gente", dice la joven. Como ella, muchas otras niñas del club disfrutan con sus patines de un deporte que tiene mucho de físico, pero también mental. "Es un deporte duro, aprendes a base de caer y hacerte daño. La que tiene miedo a caer se estanca", asegura Martínez sobre los principios de la disciplina. Lo primero, mantener el equilibro y patinar hacia delante y hacia atrás. "Cuanto antes empiecen, mejor, se coge muy rápido", detalla.

Luego comienzan a aprender las figuras básicas, a las que siguen saltos y piruetas. "Los jueves, parte del entrenamiento es gimnasia y hacer los saltos sin patines, eso hace mucho". En el Náyade hay 44 niñas, de 4 a 17 años, pero ningún niño. Y eso que, asegura, los pocos que ha habido son "súper" buenos. El aprendizaje continúa con exámenes, de los que hay seis niveles, en las que compiten consigo mismas "y no se ven con la presión de competir".

De los exámenes a las copas Oro y Plata y el campeonato de Asturias y España, en los que ha participado Enríquez, quien lleva patinando desde los 5 años. Cinco también son los campeonatos de Asturias que lleva cosechados, tres los subcampeonatos, y esta temporada disputa la categoría junior. "Competir es una mezcla de emociones, sobre todo nervios y ganas de hacerlo bien", comenta.

Como ella, muchas niñas y adolescentes disfrutan del patinaje. Otra de las que compite es Yara Flórez: "Lo que más me gusta del patinaje es la felicidad que me da ponerme los patines porque, por muy malo que sea el día, patinar lo cambia todo", explica. Ambas seguirán patinando hasta que las piernas lo impidan, porque no todo es la competición.

"Hay mucha piña, pese a que es un deporte individual. Si a una le sale un salto, paran su rutina para aplaudirlo, se apoyan muchísimo", destaca la entrenadora. El patinaje mezcla fortaleza física, equilibrio y una parte interpretativa que cada vez está más presente en la disciplina.

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