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Culé Moyáu

El Coloso de Apollonas

Estoy seguro de que muy pocos culés admiten que el objetivo del Barça en esta temporada es el dichoso triplete, y estoy convencido de que los únicos que creen que el Real Madrid no tiene ninguna opción de ganar la Liga son los propios madridistas. El ADN del Barça tiene que ver con el toque y con la herencia de Johan Cruyff, pero el ADN del aficionado culé es el sufrimiento, el pesimismo moderado y el "ay, ay, ay". Así que, como buen culé, paso del triplete como Piqué pasa de los pitos e insultos en el Bernabéu, y creeré que el Real Madrid está muerto en este campeonato de Liga cuando su cadáver apeste. Mientras tanto, a sufrir. El pasado sábado, ante el Rayo Vallecano. El próximo miércoles, con el Olympique de Lyon.

¿Triplete? En la maravillosa isla griega de Naxos hay una impresionante estatua inacabada que, si se hubiera terminado, tendría nueve metros de altura. Esta estatua, conocida como "El Coloso de Apollonas" en honor del hermoso pueblo en que se encuentra, conserva pequeñas marcas del pico o del cincel de uno de los obreros y, como dice Mary Beard en su bellísimo ensayo "La civilización en la mirada", en ella hay algo atractivo y a la vez desconcertante. ¿Por qué el Coloso de Apollonas quedó inacabado? ¿Una grieta en el mármol? ¿Un problema inesperado con el contrato? ¿Rendición ante un proyecto demasiado ambicioso? Nunca lo sabremos. ¿Puede el Barça convertirse en un nuevo Coloso de Apollonas? El Rayo Vallecano se limitó a aplicar la vieja receta positivista (y de la bandera de Brasil) de "orden y progreso" (orden defensivo y progreso en los contraataques) para poner en aprietos al Barça, y todos los culés tuvimos la visión de un Barça inacabado, pegado a la roca, atractivo y a la vez desconcertante y, en definitiva, sin títulos que celebrar. Un Barça que podría reeditar en el Camp Nou y ante el Lyon el espantoso derrumbe del Real Madrid con el Ajax y del PSG con un Manchester United renacido después del despido del horrible Mourinho. Yo qué sé. Una grieta en el eje Piqué-Busquets-Rakitic-Messi. Un problema inesperado con el contrato de algún crack. Una inesperada rendición ante un proyecto demasiado ambicioso por culpa de la ominosa presencia de ese triplete. Y ahí quedaría el Barça para siempre, triste y abandonado. Nueve metros de altura en horizontal.

Si no queremos que este Barça sea recordado solo por lo que pudo haber sido y no fue y por las marcas de pico y cincel de Luis Suárez en las defensas rivales, hay que taparse los oídos para no escuchar a las sirenas del triplete y jugar cada partido como si pudiéramos sentir el aliento del Real Madrid junto con el del Atlético. Con un Coloso de Apollonas es suficiente. Nadie quiere ver un Coloso inacabado cosido al Camp Nou.

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