El Praviano es el único equipo de Tercera División que ha marcado los mismos goles que ha recibido: 34. Después de 28 jornadas, es noveno clasificado, lejos del descenso y también de la promoción de ascenso. Cumplido el objetivo principal (la permanencia) a falta de diez jornadas, el cuadro de Santa Catalina se encuentra inmerso en una suerte de limbo motivacional que suple con objetivos personales y colectivos a corto plazo, por ejemplo ganar al Avilés el próximo domingo en el Suárez Puerta (16:45 horas). El Praviano no tiene que hacer cuentas en este sprint final, pero su hoja de ruta no varía: partido a partido.
"Nosotros miramos al domingo para escalar posiciones. Queremos jugar el partido, motivarnos... queremos ganar", cuenta José Manuel Menéndez Erimia "Manel" (48 años), avilesino, entrenador del Praviano y aficionado del Avilés, un tipo de fútbol con paradas en varios equipos de Primera, entre ellos el Oviedo, el club que le catapultó hacia el Deportivo de la Coruña, donde fue campeón de Liga (1999-2000). Su querencia por el cuadro blanquiazul le viene de niño. En el Avilés fue entrenador de las categorías inferiores e incluso, matiza por teléfono, llegó a dirigir varios partidos en Tercera. Ahora, después de ser segundo de Oli en el Marino, está, y muy feliz, llevando el timón del Praviano, "un club que da todo lo que tiene" y que, dice sincero, "podría estar más arriba". "El fútbol muchas veces no es justo. El objetivo principal era no descender, pero queremos acabar lo más alto posible y vamos a intentar ganar lo máximo en estos diez partidos que faltan", señala.
A Manel le apena la situación del Avilés porque es aficionado desde niño del equipo, porque ha entrenado allí y porque conoce a mucha gente que continúa en el club. Le apena la "situación extraña que se ve desde fuera", le apena que un equipo con la solera del Avilés esté luchando por evitar caer a Regional Preferente y le apena también que los futbolistas no cobren, pero aquí reconoce la profesionalidad de la plantilla actual, que sigue trabajando por mantener el barco a flote y a quien elogia: "Los jugadores tienen mucho mérito porque en condiciones así, si lo que se ve desde fuera es verdad, es muy complicado jugar", dice, sin querer profundizar cuando se le pregunta sobre la solución que ve para el rearme de la entidad blanquiazul: "Es evidente".
"En la primera vuelta nos lo pusieron muy difícil", rememora a modo de advertencia, "acabamos ganando 2-0, pero en aquella época estaban luchando con nosotros en mitad de la tabla". "En la Segunda vuelta han merecido puntuar en partidos que han perdido", insiste Manel, que está feliz en el Praviano y espera seguir entrenando el próximo año, en Santa Catalina o donde le lleve el destino. "Todavía es pronto en los clubes para hablar del futuro", dice, y ve al Marino, su exequipo, capaz de alcanzar al Lealtad: "Ojalá, va de menos a más".
