Fue una buena semana para dos clubes ovetenses, que se ganaron el derecho a pelear por el ascenso a la máxima categoría de su deporte. Nada raro en el caso del Oviedo Balonmano Femenino y del Oviedo Club Baloncesto porque llevan muchos años haciendo las cosas bien, compensando con seriedad e imaginación las evidentes limitaciones económicas respecto a sus competidores. En principio, por presupuesto, el Oviedo BF no debería soñar con volver a jugar en la División de Honor, ni el Liberbank Oviedo aspirar a ese triple salto mortal que, en todos los sentidos, supone alcanzar la ACB, probablemente la mejor Liga de Europa. Una trayectoria de tantos años viene a demostrar que los cracks de los dos clubes están en los despachos. Son buenos gestores, que controlan al milímetro la economía y que dejan en manos de los profesionales los aspectos deportivos. Y casi siempre aciertan. Especialmente llamativo es el caso del baloncesto, donde Fernando Villabella y Héctor Galán han formado un tándem imbatible. El Oviedo Baloncesto va camino de la mejor temporada regular de su historia después de una valiente apuesta por Javi Rodríguez para el banquillo y de los acertados movimientos en una plantilla castigada por las lesiones en jugadores clave. Ahora toca rematar la faena, aunque pase lo que pase en la cancha, el OBF y el OCB ya ganaron.