El Barcelona ha jugado 22 partidos de la Liga de Campeones con Ernesto Valverde en el banquillo. Sólo ha perdido dos, al tiempo que ganaba la Liga y se clasificaba para la final de Copa. La primera derrota, el año pasado en Roma, estuvo a punto de costarle el puesto al técnico extremeño. La del martes en Liverpool puede haberle condenado definitivamente, pese a que en febrero amplió su contrato hasta 2020, con opción a una temporada más. Valverde vuelve a ser el más señalado por la debacle de Anfield, aunque varios jugadores también están en el punto de mira.

"Ya lo hablaremos internamente", contestó el presidente del Barça, Josep María Bartomeu, minutos después de consumarse el desastre, cuando se le preguntó por el futuro de Valverde. Hace un año, tras la sorprendente eliminación europea, la lucha por el título de Liga y la final de Copa jugaron a favor del técnico. Ahora, con el agravante de la reincidencia, Valverde se ha convertido en el eslabón más débil de la crisis azulgrana.

A Valverde se le reprochan decisiones que funcionaron bien en el Camp Nou, cuando el Barça ganó 3-0: Sergi Roberto en lugar de Semedo en el lateral derecho; Vidal antes que Arthur en el centro del campo; y Coutinho completando la delantera. Entonces, con 1-0 y cuando más apretaba el Liverpool, reajustó el equipo dando entrada a Semedo por Coutinho y pasando a Sergi Roberto al centro del campo. El martes, ese mismo cambio, no funcionó.

Aunque el Liverpool fue superior al Barça colectivamente, algunos jugadores salen muy tocados de esta eliminatoria. Coutinho estuvo desaparecido en los dos partidos, Jordi Alba cometió graves errores, que costaron los dos primeros goles del Liverpool; y Busquets y Rakitic fueron arrollados por los centrocampistas ingleses, a los que sólo plantó cara Arturo Vidal mientras le aguantaron las fuerzas. Tampoco Luis Suárez, seco fuera de casa en Europa, sale bien parado. Sólo Messi se libró de las críticas, aunque algunos seguidores del Barça le insultaron en el aeropuerto de Liverpool antes del viaje de regreso a Barcelona.

Messi generó las mejores ocasiones del Barça, con asistencias que no fueron aprovechadas por Coutinho, Jordi Alba y Luis Suárez. Asediado por varios jugadores del Liverpool cada vez que le llegaba el balón, no pudo repetir su actuación de la ida y acabó desanimado por la marcha del partido y los errores que volvieron a condenar al Barça en Europa.