Al calor de la repercusión del Mundial, con audiencias de televisión nunca imaginadas, llegó la noticia largamente esperada en el fútbol femenino español: el Real Madrid se sube al carro. El duopolio del Barcelona y el Atlético de Madrid empezaba a quedarse un poco corto para dar un impulso a la Liga Iberdrola. La llegada del Madrid, con una temporada de carencia representado por un club puente, el Tacón, permitirá trasladar una rivalidad de siglos a un sector en constante crecimiento. Si los dirigentes de la Federación Española y la Liga de Profesional no lo estropean, el dinero para el fútbol femenino se multiplicará, liga será más interesante y los clubes más fuertes se irán acercando progresivamente al rey de Europa, el Olympique de Lyon. Prudencia con Javi Fuego
Javi Fuego las pasó canutas en su primera etapa en el Sporting. Eran malos tiempos, en plena depresión deportiva y con el agua al cuello en lo económico, y no había contemplaciones ni con los chavales de la casa. Justo cuando empezaba a sobreponerse a tanta presión atendió la llamada del Levante y el Sporting se quedó sin uno de esos futbolistas que definen lo que es un equipo. Ahora que el club gijonés vuelve a pasar por una etapa depresiva, la vuelta del poleso levanta tantas expectativas que convendría ponerla en un contexto. Fuego viene a ayudar y, si supera los problemas físicos de esta temporada, es un valor mucho más seguro que la mayoría de los experimentos del "laboratorio Torrecilla". Pero, a estas alturas, no vayamos a pedirle que lo solucione todo de un golpe.
