El 83 Descenso del Sella se presentaba incierto y esforzado. Y cumplió con creces. También ofreció la épica de una carrera bellísima y compleja cuando, como hoy, baja con poca agua y en marea baja. Con todo y con eso, y pese a que la presencia internacional era de altísima calidad, el himno de España volvió a sonar gracias a la gran victoria que ofrecieron en K-2 el leonés de La Bañeza José Julián Becerro y el avilesino Miguel Fernández Castañón.

La suya fue una victoria fraguada casi en la ría de Ribadesella ya que hasta entonces, durante más de 15 kilómetros, quien había dominado la prueba había sido la pareja formada por el sempiterno Julio Martínez Gómez, cántabro, y el parragués Emilio Llamedo Iglesias. Fueron siempre en cabeza con el riosellano Juan Busto y el argentino Roberto Geringer siguiéndoles de cerca.

Pero la sorpresa iba a llegar con las enormes paladas de Becerro y Castañón. Ya repuestos del que había sido un inicio pésimo. Primero, porque tras lograr el bronce en el Campeonato de Europa de Maratón el pasado domingo llegaron a Asturias hace sólo dos días y tuvieron que recurrir a una piragua prestada, la que les cedió Jesús Rodríguez León, para poder competir. Segundo, porque la salida fue para ellos una pesadilla, sobre todo para Julián Becerro que se llevó un costalazo del que le costó recuperarse por el entumecimiento que sentía en el brazo, y que les alejó ya en los primeros metros del grupo de cabeza.La polémica y el gran enfado

Relegados a la sexta y séptima plaza, con Becerro muy tocado en los primeros kilómetros, él mismo reconoció que fue el avilesino Castañón el que hizo de palista doble. A medida que se fueron recuperando fueron posicionándose cada vez mejor.

La polémica llegó en el tramo final. Justo después de rebasar Becerro y Castañón al grupo de cabeza. Quienes habían dominado la prueba hasta entonces, Martínez y Llamedo, se quejan con amargura de una maniobra de los vencedores que les cerró y les obligó a pasar por encima de una piedras, lo que provocó que su piragua se rajase y se quedaran sin opciones al triunfo e incluso quedaran fuera del podio. Finalmente entraron séptimos en la línea de meta.

Victoria repetida en K-2 femenina

El segundo y tercer puesto se lo disputaron en K-2 los franceses Quentin Urban y Jeremy Candy, que pasaron por delante de quienes habían ido toda la prueba en el grupo destacado, el riosellano Juan Busto y el argentino Robero Geringer.

En cuanto al K-1, en los primeros momentos hubo mucha disputa entre el campeón europeo danés Mads Pedersen y Guillermo Fidalgo, aunque duró poco. Finalmente el danés acabó destacándose en la carrera. Por delante de Fidalgo se coló, también demostrando una buena progresión, el cangués Alberto Plaza.

En otras categorías la victoria fue para Amaia Osaba y Eva Barrios (en K-2 femenino), que repiten por segundo año consecutivo; y en K-1 la victoria fue para Miriam Vega. En C-2 se subieron a lo alto del cajón Manuel Antonio Campos y Diego Romero; y en C-1