Según Juanjo Azpeitia, que de deporte sabe lo suyo, ser olímpico es una cuestión de fe. Es lo que este gallego, asentado en Asturias desde hace más de 50 años, expuso ayer en una charla titulada "¿Por qué no somos todos olímpicos" en la Sala Circus de Oviedo. A su manera, Juan José Azpeitia Estévez (Cangas de Morrazo, Pontevedra, 14-8-1948) intentó convencer a las asistentes que llenaban la sala de que cualquiera, siempre que se dén determinadas circunstancias, puede llegar a ser olímpico.

"A mí me faltó un dedo", explicó Azpeitia sobre el sueño de su vida, los Juegos Olímpicos, que vio muy cerca cuando en la década de los 70 destacaba como uno de los mejores saltadores españoles de longitud. Después los conoció desde dentro en Sydney 2000, como entrenador de Yago Lamela, pero no guarda buen recuerdo ni del resultado deportivo ni del trato que recibió de los dirigentes.

Según Azpeitia, "todos seguimos unas pautas de vida que son las mismas que las de los olímpicos", y que el entrenador concreta en doce apartados: salud, eficacia, individualización, sistematización, concienciación, estimulación voluntaria, continuidad, multilateralidad, especificidad, progresividad, sobrecarga y transferencia. "Cuando alguno de esos doce se desencaja, se afloja, se debilita, es imposible lograr el objetivo", recalca.

Azpeitia afirma que los pocos que superan el dodecálogo "tienen una fe especial en sí mismos, un deseo superior. Ni las lesiones, ni los rivales les frenan. Y, además, son personas que nacen con dinamita en el cuerpo. La genética es importante, pero yo creo que hay más olímpicos por perseverancia que por genética". Y añade: "El mejor hecho de llega es una hazaña humana porque somos ocho mil millones de personas en el mundo y solo hay once mil olímpicos. Y de esos, sólo trescientos y pico se colgarán una medalla de oro".

Juanjo Azpeitia cree que "ningún niño hace deporte pensando en los Juegos Olímpicos. Como mucho, en emular a Messi. Para ser olímpico no se entrenarán más de veinte mil personas. Yo pensé en ello cuando lo tuve a un dedo. Y cuando no llegas sientes una frustración tremenda porque has entrenador una barbaridad".

En su charla, Azpeitia también hizo un hueco para la huella asturiana, con pioneros como los catedráticos de la Universidad de Oviedo Sela, González-Posada, y Álvarez-Buylla, protagonistas de la era moderna del olimpismo, además de los deportistas que destacaron. Tuvo una mención especial para el atleta paralímpico Alberto Suárez Laso, medalla de oro de maratón en los Juegos de Londres y de plata en los de Río de Janeiro.