El equipo femenino del Gijón Rugby-Universidad de Oviedo se juega mañana, Día de la Mujer, el título de la Liga Asturcántabra. La coincidencia no pasó desapercibida para las jugadoras que han decidido disputar el partido llevando lazos morados.
Este equipo, con una plantilla formada por jugadoras entre los 17 y los 35 años, la mayoría estudiante u opositoras pero también por trabajadoras e incluso una de ellas, Ivonne Terranova, ya es madre, es el mejor de Asturias y aspira a poder meterse en una Liga más potente que la que están disputando las últimas temporadas. Para ello es necesario que mañana, al menos, logren un empate en el campo del Independiente de Torrelavega. "Tenemos dos puntos de ventaja así que nos vale el empate", señaló Blanca Sarralde
"La mayoría conocimos este deporte por mediación de amigas" indica Sarralde, la capitana, aunque para Beatriz Cifuentes, Bea, el rugby era algo normal en su casa: "Mi padre lo jugaba así que un día me picó la curiosidad y decidí probar". Ese ambiente hizo normal su decisión. "Siempre tuve apoyo en casa", asegura la joven jugadora. Patricia Bolado, Patri, tiene otra visión: "Cuando empezaba mucha gente me decía, incluso de la vieja escuela de rugby, que este deporte no era precisamente muy femenino". La realidad choca contra esta opinión porque cada día hay más chicas jugando, "y la selección española es de las mejores del mundo", resalta Patri
María Merediz, Mere, es una de las veteranas: "En el Gijón llevo ocho años y otros tres en otros clubes. Se nota que cada vez hay más equipos femeninos tanto en Asturias como fuera. Sigue siendo un deporte minoritario pero hay un poco más de visibilidad, más campeonatos y más torneos y eso es algo que beneficia a todos". Mejorar la competición es el objetivo, "por eso queremos meternos en la fase de ascenso a la División de Honor B que es nueva esta temporada", señala Sarralde, que reconoce que "esta división de momento no está funcionando muy bien porque hay mucha diferencia entre unos equipos y otros y hay que hacer viajes muy largos, pero es la primera temporada".
Para Estefanía Cela, Fany, "los grandes clubes masculinos no suelen tener buenos equipos femeninos. En los mejores, como el CRAT, que ganó la Liga muchos años, es mucho mejor el equipo femenino que el masculino". Las jugadoras coinciden en que "por el momento no tiene nada que ver que un club tenga una buena infraestructura para que el equipo femenino sea potente", señala Patri. "La División de Honor femenina está empezando a profesionalizarse un poco. Ya se están haciendo algunos fichajes, pero prácticamente nadie gasta dinero en fichajes para los equipos femeninos", asegura Sarralde. En el caso del Gijón Rugby-Universidad de Oviedo son las propias componentes del equipo las que se mueven por los colegios para captar jugadoras incluso en la Universidad, "pero de cada promoción te pueden salir una o dos jugadoras", reconoce Fany. Un problema es que "hasta sub-16 juegan juntos niñas y niños, pero a partir de esa edad ya pueden venir con nosotras". Sin embargo, esto supone un salto muy grande por "la diferencia de edad, peso, tamaño y sobre todo de experiencia, es algo que se nota mucho". Lo ideal sería contar con equipos totalmente femeninos de las categorías sub-16 y sub-18 "pero no hay tantas chicas como para poder formarlos", añade.
Para Patri, "las mujeres a ciertas edades solemos tener problemas de inseguridad y a mí el rugby me ha dado empoderamiento, sentirme que puedo con todo. Este es un deporte de equipo, somos 15 que vamos juntas a la batalla y eso es algo que no me lo ha dado nadie". El Día de la Mujer del 2020 puede ser recordado también en el club como el de un gran éxito deportivo.
