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Oviedo como trampolín

Francis Alonso, que el sábado anotó 31 puntos, espera relanzar su carrera en el Liberbank tras su brillante paso por la NCAA

Francis Alonso, ayer, en las escaleras de acceso a la grada principal de Pumarín. IRMA COLLÍN

Hasta hablando del virus que todo lo ocupa, a Francis Alonso (Málaga, 1996) se le nota una música alegre en la voz, señal de que le van bien las cosas. "Nos lo están poniendo todo un poquito difícil, pero nos toca seguir entrenando, que es para lo que estamos aquí, intentando mantener la calma y la concentración", explica con un acento andaluz no muy acusado sobre todo lo que está sucediendo con la epidemia del coronavirus.

El base-escolta, o "combo-guard", como lo llaman los estadounidenses, una de las grandes promesas del Unicaja de Málaga, club al que pertenece, está demostrando por qué triunfó en la liga universitaria (NCAA) norteamericana y por qué muchos hablan de él como uno de los grandes valores del baloncesto español para los próximos años. Alonso, un anotador compulsivo, ha encajado como un guante en el Liberbank Oviedo. En tres partidos ha sumado 64 puntos, destacando especialmente el sábado en la victoria (88-70) frente al Leyma Coruña, en la que aportó 31 puntos con una exhibición de talento y acierto individual pocas veces vista en Pumarín. Una facilidad para meter canastas que recordó a la de Jordan Swing el 12 de diciembre de 2015, también ante Coruña, cuando anotó 42 puntos para llevar a los carbayones a la victoria (98-95) en la prórroga.

La felicidad de Alonso por jugar tantos minutos (promedia más de 26) y a tan alto nivel solo es comparable a la que ha producido en un club como el OCB encontrar a este jugador en este preciso momento. Las dos partes están ante la última oportunidad de evitar que la temporada sea un fracaso. El jugador por no haber podido dar continuidad a su brillante carrera en la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, donde tiene el récord de triples, y el club por truncar su gran trayectoria en la LEB Oro con un descenso, que tiene diez jornadas para evitar.

Tras su paso por Estados Unidos, Alonso firmó dos años con el Unicaja, club en cuya cantera se formó. Los andaluces le cedieron al Fuenlabrada, donde -tras una prometedora pretemporada truncada por una lesión- apenas ha tenido oportunidades de darse a conocer. "El trabajo en Estados Unidos ya estaba hecho, pero no tenía unas expectativas marcadas en cuanto a los minutos que iba a jugar en España; tuve mala pata con las lesiones, esas cosas pasan y ahora mismo estoy aquí y me centro solo en el Oviedo Baloncesto", explica sobre su primera temporada como profesional.

El andaluz valora lo colectivo por encima de lo individual y por esa razón reconoce que la alegría realmente llegó en el partido del sábado porque a su actuación se unió una victoria que era casi una cuestión de supervivencia para el OCB: "Después de un año duro, mi objetivo es ganar, soy una persona competitiva y necesito ganar. Estoy contento porque estoy teniendo minutos y oportunidades para hacerlo bien, pero a nivel individual tengo que mejorar, el equipo lo necesita". Es consciente de que la temporada no está siendo fácil para un OCB que no esperaba estar antepenúltimo, en puestos de descenso, con solo ocho victorias, a falta de diez jornadas. "Este equipo ha tenido muy mala suerte con las lesiones, esto es deporte y muchas veces es injusto. Pero ahora no nos podemos concentrar en las cosas malas, no hay tiempo, tenemos que seguir trabajando para cambiar esta situación, aceptar el pasado y seguir adelante".

Dice el malagueño que lo que se ha encontrado a su llegada a Oviedo es "un equipo que trabaja muy bien y que se merece disfrutar". También considera que la recuperación mental de la que hablaba Natxo Lezkano cuando hace una semana llegaba para suplir a Javi Rodríguez como entrenador "es importante", pero que ya ha pasado a un segundo plano: "Lezkano vio que el problema no era mental y ahora hemos pasado a pulir detalles en pista. Creo que Nick (Washburn) y yo -los dos últimos fichajes del OCB- hemos traído energía positiva y algo de aire fresco al equipo".

En consecuencia, Alonso lanza un mensaje optimista a la afición del Liberbank Oviedo Baloncesto: "Vamos a trabajar cada día, en cada entrenamiento, por lograr el objetivo. Y lo vamos a conseguir", sentencia.

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