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Hay un quinto bueno

El Villa de Luanco hace historia con su ascenso a Primera, donde competirá con Base Oviedo, Atlética, Grupo y Gijón

UNA PLANTILLA PARA el recuerdo. Por la izquierda, detrás, Marcos Mendiluce (segundo entrenador), Omar, Raúl, Marino, Manel, Ardisana, Víctor, Carlos y Manolo Gutiérrez (entrenador); delante, Juan Martínez (delegado), Bobis, Pedro, Piñe, David, Torron y Devin. Completan la plantilla Javi, Rubén, Marce y Charly. V. L.

No fue el ascenso soñado porque resultó imposible celebrarlo en la cancha, pero la llegada del Villa de Luanco a la Primera Nacional de balonmano tiene un significado especial para un club que celebra su 30º aniversario. Será el quinto equipo asturiano en la categoría, en la que se medirá a gigantes como el Unión Financiera Base Oviedo, el Toscaf Atlética Avilesina, el DKV Gijon y el Grupo IMQ, representantes de las tres mayores ciudades del Principado. Pero, a su manera, el Oca Hotels Villa de Luanco también es un grande.

"Somos un equipo aguerrido", advierte Manolo Gutiérrez, el hombre que lleva en el banquillo luanquín tantos años como tiene el club: desde 1989, cuando se fundó como el Dados y a partir de 1999 como Villa de Luanco. Esa estabilidad convierte al técnico en un espectador privilegiado de la evolución del equipo hasta llegar a este gran éxito. Ya lo rozó la pasada temporada, cuando disputó la fase de ascenso al calor de su público, y se ha consumado ahora gracias a su primer puesto cuando se paró en marzo la liga de Segunda División en su fase territorial.

Luanco aspiraba a acoger otra vez la fase de ascenso, después del éxito del año pasado, como explica Manolo Gutiérrez: "Aunque no subimos, aquello tuvo mucha repercusión en la cantera. En septiembre tuvimos un aluvión de niños. Enganchó muchísimo a los críos porque veían jugar partidos decisivos a sus entrenadores". Con la misma base de equipo y algunos refuerzos "de calidad", Manolo estaba convencido de que la Primera Nacional estaba a su alcance.

Las incorporaciones permitieron al Villa de Luanco dominar la máxima competición territorial, en la que aventajaba por dos puntos al segundo clasificado, el Balonmano Vetusta A, en el momento de la suspensión, el 11 de marzo. Pero, por encima las aportaciones individuales, el entrenador luanquín destaca la fuerza del grupo y "la filosofía de trabajo" de sus jugadores: "Sabemos lo que somos, de donde venimos, y tenemos que luchar con esas armas".

Ese armamento es el propio de un equipo formado íntegramente por jugadores de Gozón, que ahora afrontarán un reto mucho más exigente. "En Primera", según Manolo, "unos equipos juegan una liga y otros, otra. Tenemos muy claro que nuestro objetivo es dar salida a los críos de la cantera, pero vamos a vender la piel muy cara. Seremos competitivos, al menos contra los equipos de nuestra liga".

Para responder al nivel de exigencia de la nueva categoría, la próxima temporada Manolo pasará de tres a cuatro sesiones de entrenamiento a la semana, con la ventaja de que en su joven plantilla hay mayoría de estudiantes. "Todos tienen buena predisposición, les gusta entrenar" recalca el técnico. La crisis sanitaria impide saber de momento la composición de los grupos de Primera Nacional y la fecha de inicio de la próxima temporada. "La propuesta es el primer fin de semana de octubre, pero para nosotros lo importante es que empiece con público", explica.

Sabe que es difícil llegar a los cerca de mil espectadores que abarrotaron el polideportivo "Jenaro Fernández Diego" en 2019 durante la fase de ascenso, pero Manolo Gutiérrez ya se imagina el ambiente, sobre todo en los partidos frente a los otros cuatro equipos asturianos. "Va a ser histórico porque aquí el público empuja mucho. Aunque vamos a jugar en canchas importantes, mi mayor ilusión para la próxima temporada es competir en la mía".

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