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El verano más difícil del OCB

La reducción del presupuesto del Liberbank Oviedo le impide competir por jugadores contrastados y le obliga a arriesgar con apuestas de futuro

Arteaga pasa el balón ante Marc Martí, del Lleida, en el partido que el Liberbank Oviedo disputó en el Barris Nord la pasada temporada Segre

El Liberbank Oviedo de la próxima temporada será más un trampolín para jugadores desconocidos que quieren dar un salto de calidad en la LEB Oro que un equipo con gente contrastada en la categoría que aspire a pelear por los puestos altos de la clasificación. El club ha hecho cálculos, y entre la bajada de la asignación de su principal patrocinador y la incertidumbre con respecto a la campaña de abonados por todo lo relacionado con la pandemia del coronavirus, sobre todo si tiene que seguir jugando en Pumarín, la realidad económica con la que se encuentra es la de un equipo que está a la cola de la competición en cuanto a presupuesto. A la hora de contratar a un base, la dirección deportiva del OCB ha hecho cinco ofertas a jugadores que al final han recalado en otros equipos de la categoría. Hasta el Almansa, un equipo que en teoría tiene uno de los presupuestos más bajos, ha superado las ofertas del Oviedo Baloncesto.

Ante esta realidad, la dirección deportiva y el entrenador, Natxo Lezkano, se están exprimiendo la cabeza para hacer una plantilla competitiva que pueda medirse con dignidad a unos rivales que en su mayoría disponen de más dinero. Uno de los primeros movimientos que han realizado, para dar cierta continuidad al equipo, es hacer una oferta a Oliver Arteaga para que siga una temporada más. El pívot canario, salvo sorpresa mayúscula, va a renovar y a jugar su cuarta temporada en Oviedo, convirtiéndose así en el capitán del equipo.

El siguiente paso a dar en este contexto ha sido el de las rescisiones. Al club le era imposible mantener el sueldo que pagaba a Matti Nuutinen. El finlandés no ha querido entrar a negociar una posible bajada de sus emolumentos y eso ha hecho imposible que el ala-pívot pueda seguir en Oviedo. Otro que está cerca de acordar una ruptura del contrato es Devin Wright, un jugador que rindió por debajo de lo esperado la pasada campaña y que no entra en los planes del club para la siguiente. Por último, Nick Washburn, uno de los jugadores con contrato en vigor que se había mostrado más dialogante a la hora de renegociar su contrato, finalmente ha optado por retirarse y quedarse a trabajar en Estados Unidos después del nacimiento en Oviedo de sus dos gemelos.

A partir de ahí, la intención del OCB era la de hacerse con una pareja solvente de bases y ha sido en ese momento en el que el club se ha empezado a darse cuenta de las dificultades que iba a tener para formar la plantilla. Finalmente, la posibilidad de hacerse con al menos un director de juego consolidado en la LEB Oro se ha esfumado y las negociaciones van en estos momentos encaminadas a que el base titular del equipo venga directamente del baloncesto universitario de Estados Unidos. Un riesgo, el de darle los mandos a un jugador sin experiencia profesional, que el club va a tener que asumir.

Las dificultades económicas también hacen que el OCB esté intentando hacerse con jugadores jóvenes españoles que puedan llegar cedidos de algún club de la ACB, una práctica que ya se venía llevando a cabo, pero que esta temporada tendrá una importancia especial. Los fichajes llamados a marcar la diferencia también tendrán que ser apuestas por jugadores con potencial, pero poco conocidos en España. Un panorama que se parece mucho al que se encontró la entidad de Pumarín en su primera temporada en la LEB Oro. El objetivo este curso será el mismo que entonces: la permanencia.

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