La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

MARTA ORDÓÑEZ | EXJUGADORA DEL OVIEDO FEMENINO

"Lo dejo porque ya no me apasiona y esto hay que hacerlo por pasión, no por rutina"

"Manolo Díaz es el mejor entrenador que he tenido; me ha dado confianza y me ha liberado del miedo a fallar"

Marta Ordóñez. F. RODRÍGUEZ

Marta Ordóñez (Oviedo, 1997) no encuentra razones para seguir jugando al balonmano. La ya excapitana del Oviedo Femenino ha decidido poner fin a una trayectoria que comenzó siendo una niña de categoría infantil y durante la que, siendo aún juvenil, llegó a alcanzar División de Honor, la máxima categoría. Ordóñez, que estudió Educación Infantil, quiere dedicar su tiempo ahora a preparar las oposiciones para Policía Nacional y a seguir ejercitándose en su nueva pasión deportiva: el crossfit.

- ¿Cuáles son las razones de su adiós al balonmano?

-Llevaba toda la temporada pensándolo. La pasión ha ido desapareciendo: esas ganas, esa chispa ya no estaban. También necesitaba tiempo para estudiar las oposiciones a Policía Nacional y, además, me he enganchado al crossfit y entreno todos los días.

- ¿Cómo se dio cuenta de que esa pasión se iba perdiendo?

-Fueron un cúmulo de circunstancias. Antes lo vivía con muchas ganas, con ilusión, siempre quería empezar una nueva temporada y ahora me han empezado a faltar esas ganas. Considero que para hacerlo de verdad tiene que ser con pasión, no por rutina.

- Se trata de un deporte con escasa contraprestación económica. ¿Eso hace que que la decisión sea más sencilla?

-Sí. En la categoría que sea, el dinero que puedes ganar no es mucho. Te puede salvar un año, pero no mantenerte en el futuro. La ventaja de eso es que si no te apetece es más sencillo. He podido irme a equipos de División de Honor, pero tampoco eso me motivaba.

- ¿Qué le ha supuesto ser la capitana del equipo?

-Cuando empecé en el senior era cadete y Alicia, una de las veteranas, era la capitana. De repente, las mayores fueron dejando el equipo y me encontré con 18 años haciendo ese papel. Para mí fue un reconocimiento y un premio.

- ¿Cuál fue su mejor momento en el Oviedo Femenino?

-Supongo que el ascenso a División de Honor por lo que supuso. Lo viví, jugué, aunque yo todavía no tenía el papel más importante que tuve después. En ese sentido, estos dos últimos años han sido muy buenos. Este último me parecía a la jugadora que quería ser.

- ¿Y el más duro?

-El año que subimos a División de Honor. Hasta el final de la temporada no jugué mucho, era mi primer año senior. El cambio de categoría fue difícil; antes, aún siendo juvenil, jugaba y justo el año que pasé a senior, no. Me sirvió como crecimiento personal, me di cuenta de que no todo era perfecto.

- ¿Se valora el sacrificio que supone jugar a un nivel tan alto en un deporte amateur?

-Cuando iba al colegio, las demás compañeras hacían planes y tú no podías hacerlos con ellas. Sabes que no te puedes ir de viaje. Yo, en mi etapa senior, entrenaba un equipo de cantera, por lo que entraba en la pista a las cuatro y me iba por la noche muy tarde. Te tiene que gustar mucho, por eso en el momento que te deja de apasionar tanto no es justo seguir jugando.

- ¿Qué ha supuesto para usted el entrenador Manolo Díaz?

-Ha sido el mejor entrenador que he tenido. Tanto por lo que me ha enseñado como jugador como a nivel personal. Me ha dado confianza, me ha ayudado a liberarme de presiones, del miedo a fallar, de tener que hacerlo todo siempre bien. Me ha enseñado a disfrutar.

Compartir el artículo

stats