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Tributo al Sella

Maxi Llamedo completó ayer, sábado, sus 90 descensos, unos en K-1 y otros en K-2, en este año 2020 para conmemorar el nonagenario aniversario de la prueba sellera

Tributo al Sella

A principios del presente ejercicio 2020 las expectativas eran otras cuando se hacían los preparativos para encumbrar los 90 años desde que el inolvidable Dionisio de la Huerta "inventó" lo que, casi un siglo después, conocemos como Descenso Internacional del Sella, el más famoso, popular y mundialmente conocido descenso de ríos, la gran Fiesta de las Piraguas de Asturias. Pero, un maldito virus echó por tierra aquellas esperanzas sobre las que meses atrás llevaba trabajando el CODIS, que preside Juan Manuel Feliz Granda, y que acabó por desembocar en la cancelación de la prueba por la situación sanitaria a raíz de la incertidumbre del coronavirus.

Pese a ello, antes de que saltara la alarma del Covid-19, Maxi Llamedo Blanco había comenzado su particular andadura, palada a palada, para rendir tributo al páter Sella. Se marcó palear 90 descensos, unos en K-1 y otros en K-2, en el mítico río durante el presente ejercicio. Y cumplió con creces aquel ansiado reto, pues, ayer, sábado, 24 de octubre, formando barco de equipo con Juan Carlos Sierra, con quién ya remaba en competición oficial a principios de la década de los 80 en el Descenso Internacional del Sella, en aquel momento con los colores de Los Rápidos, concluía sus noventa descensos en aguas selleras en el atípico año de la pandemia.

Escribir sobre Maxi es hacerlo sobre una persona muy ligada al río, al Sella, a todo lo que rodea el mundo de la piragua. Su mayor éxito deportivo sobre una embarcación -fabricada como no podía ser de otra manera por el riosellano Antonio Cuesta- aconteció en 1984, cuando junto a su hermano Milio, se alzaron con la victoria absoluta en la XLVIII Descenso Internacional del Sella (1.12.28), uno de los grandes logros del deporte de Arriondas y, por ende, de Parres. Aquel año triunfó en la modalidad de K-1 el inglés Tom Cornish. Habían participado en aquella oportunidad un total de 950 palistas en la emblemática prueba sellera que se disputa, tradicionalmente, entre los puentes de Arriondas y Ribadesella.

El apellido Llamedo siempre ha estado estrechamente ligado al Sella. Maxi, actualmente, es miembro del Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella y aporta su granito de arena para que la prueba por excelencia del piragüismo asturiano continúe en lo más alto. Como buen piragüista conoce a fondo los secretos de la carismática competición, tanto dentro como fuera del agua. Vive y disfruta el Sella como el primer día en que empezó a dar sus primeras paladas. Atrás quedaron la tensión y los nervios, incluso noches en vela previas a la gran cita, ahora toca el deleite más pausado, aunque también con su punto de emotividad, sea un descenso, quince o noventa en buena compañía. Vaya por delante que un "sellero" nunca cuelga la pala.

Pese a que Maxi Llamedo triunfó en el mundo de la piragua en "su" río, ante su gente, en la ribera del Sella, no hay que olvidar que también destacó en sus años mozos en otra disciplina que tuvo como epicentro las "pistas" de Infiesto y de Arriondas, allá por la segunda mitad de los 70 del siglo pasado. Pues, sí, fue uno de los puntales del Club Patín Sella, equipo de hockey sobre patines que marcó una época puntual en esta zona del Oriente de Asturias. A ello debe sumarse, ya en madurez, su otra gran pasión, en este caso de dos ruedas: las motos, ya que, suele competir en la Copa Catalana de resistencia de motos clásicas, en compañía de Jorge Luís Quirós. Sin lugar a dudas, un polifacético deportista, además de gran trabajador y amigo de sus amigos. Y Sellero, con mayúscula.

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