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Maxi Cancio, entre sus compañeros Mateo Bárzana (izquierda) y Diego Santos, en un entrenamiento del Vetusta. | L. Muirias

Maxi Cancio, un líder ambicioso para relanzar al modesto Vetusta

El hispanouruguayo, decepcionado por su baja en el Unión Financiera, cree factible lograr la permanencia

Sin moverse de Oviedo, como pretendía tras una larga y variada carrera en el balonmano, Maxi Cancio ha tenido que reprogramar sus aspiraciones deportivas. El jugador hispano-uruguayo ha pasado en unos meses de rozar el ascenso a la División de Honor Plata con el Unión Financiera Base Oviedo a convertirse en la bandera del Balonmano Vetusta, debutante en Primera Nacional. Y lo hace con gusto.

Máximo Esteban Cancio Casas (Oviedo, 24 de febrero de 1984) tuvo un verano ajetreado, ya que su ascendencia uruguaya le permitió participar en los Juegos Olímpicos de Tokio con la selección sudamericana. Y no pasó desapercibido porque Uruguay tuvo una destacada actuación y plantó cara a selecciones como la española, a la que Cancio marcó siete goles. A la vuelta, asimilada su desvinculación del Unión Financiera, recibió una oferta del Balonmano Vetusta, que acabó aceptando.

“La baja del Unión Financiera fue una sorpresa y una decepción”, reconoció Cancio, fichado el año pasado como un hombre clave para el proyecto del ascenso. Por eso, aunque tenía ofertas de superior categoría, aceptó volver a Asturias. “Vine con la idea de quedarme porque tengo dos niños que empezaban en el colegio. El Unión Financiera me presentó un proyecto interesante y mi intención era estar varios años para ir ascendiendo y llegar a la liga Asobal”.

Con las dudas sobre su futuro, aunque convencido de quedarse en Asturias y buscar alguna salida laboral, a principios de septiembre aceptó la propuesta para entrenarse con el Balonmano Vetusta. No se quiso comprometer hasta la pasada semana, cuando estuvo seguro de que podía implicarse con el equipo como siempre lo había hecho durante su carrera: “Cuando di el sí fue con todas las consecuencias, sabiendo que voy a entrenar como mis compañeros. No me gustan los privilegios ni abrir brechas”.

También ayudó su buena impresión del entrenador, Rodrigo Llordén, y lo que fue observando sobre la cancha: “Me he llevado una grata sorpresa con la plantilla. No esperaba tanto nivel, sobre todo de jugadores muy jóvenes que el año pasado estaban en Segunda”. También le gusta lo que rodea al club: “Sé lo que quieren y cómo funcionan”.

Pese a la diferencia de medios de todo tipo respecto a sus equipos anteriores, Maxi Cancio destaca la ambiciosa planificación de los entrenamientos, que por falta de disponibilidad del Florida Arena el Vetusta está realizando en el pabellón de Tudela Agüeria. “No andamos muy lejos de lo que hacíamos el año pasado en el Base. Son unas pocas horas que se pueden suplir con calidad. Quizá más adelante, por los estudios, algunos compañeros tengan dificultades. Yo haré algo por mi cuenta”.

Aunque de una temporada a otra han cambiado las aspiraciones, Cancio destaca que “es el mismo deporte y la misma categoría. Conociendo el nivel de la Primera Nacional, y por lo que he visto del equipo, no deberíamos tener ningún problema para mantenernos. Podemos competir con casi todos”. No duda en señalar como clarísimo favorito al Unión Financiera, pero advierte: “El año pasado pensé que no íbamos a perder ningún punto en la Liga y después pasó lo que pasó. Por eso no me sorprendió tanto lo que nos ocurrió después en la fase de ascenso”.

Reconoce que los partidos contra su exequipo serán especiales, entre otras cosas porque “siempre está el morbo de demostrar quién soy y que se equivocaron al echarme”. Para Maxi otro de los alicientes de la temporada será la vuelta del público: “A ver si vamos recuperando la gente en los pabellones”.

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