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Pablo Ferreiro, el base del Oviedo Baloncesto que destaca en los videojuegos

Sus partidas emite por las redes: “Me veo como una conexión entre los dos mundos”

Ferreiro, jugando a la consola

Los que siguen la LEB Oro tienen catalogado a Pablo Ferreiro como un jugador cerebral y defensivo que no toma más protagonismo que el estrictamente necesario.

Pero el base del Liberbank Oviedo Baloncesto también tiene un lado creativo. Se desmelena a los mandos de una videoconsola con un juego de baloncesto, del que se ha convertido en un verdadero especialista. Entre los entrenamientos a las órdenes de Natxo Lezkano y las largas horas de estudio para las oposiciones a interventor, Ferreiro encuentra siempre algún rato para desconectar. Pasa entonces de jugador real a jugador virtual.

El gallego explica que se inició en el juego durante el confinamiento de marzo, cuando era componente de la plantilla del Basquet Coruña. “Soy muy competitivo y al no haber partidos tenía el gusanillo, así que empecé con unos colegas de Lugo. Empezamos a hacer un equipillo medio en broma y a jugar todos los días. Resultó que se me daba bien”.

Tan bien que, como la reclusión en casa dio para mucho, se apuntó a un torneo de jugadores de ACB y de LEB en el que solo fue capaz de derrotarle Gabriel Lundberg, entonces jugador del Tenerife. Con ese precedente no fue una sorpresa que ganara el campeonato de jugadores gallegos. “La gente empezó a decirme que creara un canal, subí algo en Youtube y ahora estoy en Twitch, donde hago directos casi cada día. En verano era más fácil, aunque ahora, entre la oposición y los entrenamientos, es más complicado”.

Entre los jugadores de nivel de la videoconsola apenas hay baloncestistas reales, pero el base del Oviedo percibe muchas cosas parecidas. Cada participante no representa a un equipo, sino a un jugador con un arquetipo concreto (organizador, tirador, defensor...), por lo que se trata de una actividad colectiva. “Tú no lo puedes hacer todo, así que al final hay muchas cosas que son similares al juego real: las rotaciones defensivas, la defensa de bloqueos... es súper interesante, me veo como una conexión entre los dos mundos”.

Es normal que los jugadores le den a los videojuegos. De hecho, en el Liberbank Oviedo casi todos practican, más aún en esta pandemia mundial que aconseja la autorreclusión. Pero no al nivel de Ferreiro.

“Los americanos saben jugar y lo hacen bastante. Alguno ha jugado contra mí y lo pulí. El otro día me enfrenté a Micah (Speight) y flipó”, cuenta el lucense entre risas. Su futuro no pasa por ahí, pero confiesa que sus colegas y él han derrotado alguna vez a equipos semiprofesionales. “Es solamente un ‘hobby’ que me gusta, aunque es verdad que se me da bien... ¡tengo un 60 por ciento de acierto!”, apunta Ferreiro. Las estadísticas de la LEB Oro de este año le dan un 83 por ciento, pero solamente ha lanzado 6 veces en los ocho partidos disputados, con cinco aciertos.

La llegada de Pablo Ferreiro al OCB no estaba entre los movimientos previstos en un principio por el club asturiano. Con el mercado bien avanzado, el Coruña recibió una inyección presupuestaria y decidió fichar jugadores de primer nivel para intentar el ascenso a la máxima categoría.

El lucense, consciente de que su participación iba a ser testimonial y ya graduado en Derecho, decidió que era el momento de cambiar de aires, y Lezkano lo incorporó para reforzar la posición de base con alguien experto en la categoría, teniendo en cuenta que los otros dos, Frey y Speight, son “rookies”.

El equipo se apresta a retomar la competición contra el Ourense, un partido esperado después de un largo tiempo sin competir por el parón navideño y por los positivos en el Melilla. “El equipo está bien, cada vez más unido y con mucha ambición, tenemos que hacer una segunda vuelta mejor. Hemos hecho muy buen baloncesto y tenemos claro a lo que jugamos, somos sólidos y solo hemos pecado de inexperiencia en partidos que se nos escaparon al final”, opina Ferreiro. Para él, una de las claves de este OCB es que “tenemos jugadores que aparecen en cada partido, una rotación larga. No hay nadie cuya ausencia se note demasiado, quizás el único Oli (Arteaga)”.

Con Arteaga y con público ante el Ourense

Después de tres semanas sin competir, el Liberbank Oviedo disputa esta tarde en Pumarín el primer partido de 2021 ante el Ourense (18 horas, Vinx). En este campeonato loco, en el que a un largo periodo sin jugar le sigue otro plagado de encuentros, el conjunto dirigido por Natxo Lezkano tiene que lidiar con uno de sus rivales directos con falta de sensaciones sobre la cancha. El técnico confía en recuperarlas de inmediato gracias a las ansias del equipo por volver y a que de nuevo se permitirá la entrada de público en Pumarín, 300 aficionados. Esa es la mejor noticia para la plantilla carbayona, además del regreso de Oliver Arteaga, que no pudo jugar en Lugo por lesión. El Liberbank llega al encuentro con cuatro victorias y cinco derrotas, mientras que los orensanos lo hacen con un balance de tres triunfos y ocho partidos perdidos.

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