Los tiempos son difíciles, más para el deporte, y más aún para los deportes de contacto. Es una realidad que no se le escapa a nadie, pero una realidad a la que hay que hacer frente. Desde la Federación Asturiana de Judo y Deportes Asociados se piensa que el victimismo no es el camino, y sí seguir dando pasos, siempre bajo el más estricto respeto a las normas sanitarias, y bajo las premisas del protocolo federativo, el primero de los deportes de contacto aprobado por el Principado de Asturias. Los exámenes de grado organizados por la Escuela, con un tribunal que juzgó club a club de manera presencial a los nuevos cinturones, fue una experiencia que invita al optimismo. Un evento en el que se comprobó que el protocolo funciona, y que llama a dar esos nuevos pasos. Porque los padres de los niños federados han visto que pueden confiar. Hay toma de temperatura individual que conforma el primer dique. Hay distancia de dos metros que se cumple a rajatabla. Hay gel hidroalcohólico, limpieza de calzado y saneamiento absoluto entre clase y clase. Hay ventilación. Los profesores y maestros se someten a test periódicos. Todo está previsto.
A pesar de todo, la bajada de licencias ha sido un hecho inevitable, dado que no hay judo escolar. Pero sí se mantiene el judo y los deportes asociados en los clubes y en los gimnasios, haciendo “clases burbuja”. Otra consecuencia es la bajada de los precios de las licencias federativas, al abaratarse, también por lógica, el coste del seguro. Los niños han pasado a pagar 30, cuando antes pagaban 45, y los adultos 60, cuando antes era 75. Por ello, ya se piensa en volver a aplicar el protocolo sanitario aprobado para retomar la competición en primavera, para la categoría junior en adelante. Para los más jóvenes, se trabaja en un campeonato regional online. De esta manera, se enviarían vídeos de entrenamientos pactados que puntuarían los árbitros de la territorial, buscando potenciar los aspectos positivos y corregir los errores.
Contra el abatimiento
Una lucha de todos contra la pandemia, contra el abatimiento, contra el pesimismo y contra el sedentarismo. Algo que de manera inconsciente se hace a diario, pues los valores del judo, desde el juego, el niño los aplica desde el primer día que pisa el tatami: compañerismo, respeto, cortesía, coraje, modestia, honor y autocontrol. La mejor prueba la han aportado los padres, afirmando que estos valores han ayudado a sus hijos en este año para olvidar a mantener el optimismo y la capacidad de adaptación. Y la Federación no les puede decepcionar.
