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El Liberbank Oviedo Baloncesto, a empatar el play-off de ascenso a la ACB: Se buscan piernas frescas

Contener las penetraciones de Peña y Monaghan y encontrar más fuentes de anotación, claves para forzar el tercer partido

Saúl Blanco lanza ante Dago Peña y McGhee. | Miki López

Más jugadores aportando en ataque, más contundencia cerca del aro y un esfuerzo físico extra. Son los elementos que necesita el Liberbank Oviedo Baloncesto para seguir vivo en el play-off más allá de mañana, fecha en la que disputa el segundo partido del cruce ante el Leyma Coruña. Tras el 74-66 del viernes en la ciudad gallega, ya no hay margen de error: otra derrota significaría el final de la temporada. Los de Lezkano no estuvieron lejos de sumar el primer punto de la eliminatoria, pero se vieron lastrados por un monumental atasco final, logrando un solo punto en los últimos cinco minutos y medio. Esa falta de anotación fue la razón principal de la derrota, pero también detalles que pulir en defensa.

Lo que se necesita en ataque: participación y continuidad. Una de las principales características del OCB esta temporada es precisamente el reparto de la carga ofensiva. Sin embargo, en La Coruña sólo aportó puntos con frecuencia Harald Frey, que jugó el mejor partido de la temporada, con chispazos de Speight, Brown, Norelia y Arteaga. Demasiados brazos se encogieron. Alonso, Martí y Kabasele no anotaron, Oluyitan solo consiguió dos puntos y Saúl Blanco, que jugó una minutada y se vació en defensa, estuvo desatinado. Los porcentajes de los azules hablan por sí solos: 5 de 21 en lanzamientos de tres y 22 de 63 en el total de tiros de campo.

Un agujero negro se tragó al equipo en la recta final del partido, justo cuando mayores motivos había para el optimismo (59-65 y 5.30 por jugar). Fue una mezcla de paso adelante del Coruña en defensa y parálisis del equipo ovetense. Se perdieron balones, favoreciendo las contras locales; faltó contundencia en acciones bajo canasta y se ofrecieron pocas salidas en los aclarados para las estrellas. Pero no fue la única crisis ofensiva de la noche. El equipo jugó sin continuidad, a rachas, demasiado condicionado por los momentos de inspiración individual y por las acciones en las que pudo correr. No fueron pocas, pero tampoco se sacó de ellas todo el partido posible.

Lo que se necesita en defensa: más piernas. El tono defensivo del Liberbank en Coruña fue bueno en líneas generales. Hubo problemas para frenar a los cuatros, sobre todo a Javi Vega, aunque la mayor agresividad de los bases en los cambios frenó un tanto la sangría en la segunda parte. Pero el gran castigo para el OCB llegó de mano de las penetraciones de Dago Peña y Zach Monaghan, decisivos en la parte final. Fueron varios los sufridores del dominicano Peña, que salieron escaldados: Saúl (el que menos), Oluyitan, Brown y Bartolomé, que tuvo una aparición fugaz al final del segundo cuarto.

En la primera mitad, los gallegos se volcaron en exceso en el juego exterior, en los lanzamientos tras bloqueo indirecto. Cuando la situación se volvió apurada, en cambio, tiraron a la basura el libro de los sistemas y se decidieron por las penetraciones una y otra vez. Les sobraban piernas para ello, las mismas que faltaron en el OCB para contener esas acciones o para enviar a tiempo la ayuda, colapsando la zona. Los espectadores de Pumarín deberán insuflar mañana los ánimos necesarios para que los de Lezkano encuentren las últimas reservas energéticas.

También se echó de menos algo más de contundencia en el rebote defensivo en momentos puntuales, aunque la batalla final de los rechaces se la llevó por poco el OCB.

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