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Los deportistas asturianos que estarán en los Juegos Olímpicos

A los 30 llega lo mejor: Pablo Carreño vivirá en Tokio unos Juegos Olímpicos con los que soñaba desde niño

Tras quedarse fuera en 2016 y el aplazamiento del año pasado, Pablo Carreño vivirá en Tokio unos Juegos Olímpicos con los que soñaba desde niño

Pablo Carreño, en un partido de Copa Davis con España. | SUSANA VERA / REUTERS

LA NUEVA ESPAÑA ha inciado una serie de reportajes sobre los asturianos que estarán en los Juegos de Tokio y toca hablar de un gijonés. En 2016, Pablo Carreño ya estaba instalado en la élite mundial del tenis, pero el gran nivel en España y las reglas del olimpismo le dejaron fuera de los Juegos de Río de Janeiro. Resignado, el asturiano pensó que cuatro años después tendría su oportunidad en Tokio, y así será, aunque con uno de prórroga por la pandemia, que aplazó la cita japonesa. No solo estará en Tokio, sino que será el cabeza de cartel de la Armada española por la renuncia de Rafa Nadal y Roberto Bautista. Y lo hace con la ilusión del guaje gijonés que veía los Juegos por televisión.

Pablo Carreño ya ha pasado por los grandes templos del tenis mundial (Roland Garros, Wimbledon, Nueva York y Melbourne), incluso se ha sentido protagonista al alcanzar dos semifinales del Grand Slam en Estados Unidos, pero el gijonés se aproximaba a la treintena sin cumplir su sueño olímpico, ese que le desvelaba desde niño, literalmente. No pudo ser hace un año por la pandemia del covid-19, que mantuvo la incertidumbre sobre la celebración de los Juegos de Tokio hasta hace unas semanas. Despejada la incógnita, Carreño cuenta las horas para su debut olímpico, tanto en la modalidad individual como en la de dobles, con el malagueño Alejandro Davidovich como compañero.

El resto del equipo español de tenis que competirá en los Juegos de Tokio a las órdenes del capitán Sergi Bruguera, condicionado por las renuncias de Rafa Nadal y Roberto Bautista, estará formado por Pablo Andújar y Roberto Carballés, en categoría masculina, y Garbiñe Muguruza, Paula Badosa, Sara Sorribes y Carla Suárez, en la femenina. Al margen de los individuales y de los dobles, en función del calendario Carreño podría ser inscrito en el dobles mixto.

Con 13 años, Pablo Carreño ya se pasaba horas y horas ante el televisor para empaparse de deporte, no solo del tenis, por el que se había decantado: “Mis primeros recuerdos de unos Juegos Olímpicos son los de Atenas 2004. Volvía del colegio y me ponía a ver todos los deportes porque me encantaban. En aquel momento disfrutar de unos Juegos en la televisión era un privilegio, así que ahora vivirlos en primera persona será cumplir uno de mis sueños”. Cuatro años después, cuando ya vislumbraba un futuro profesional con la raqueta, Carreño vivió también como espectador un momento imborrable: “En Pekín 2008 ya me dedicaba al tenis y me acuerdo de seguir todo el torneo. Tengo grabada en la memoria la final que ganó Nadal contra el chileno Fernando González. Fue un momento muy emotivo como seguidor del tenis y como español”. Sin opciones en Londres 2012, Carreño empezó a barruntar sus posibilidades olímpicas cuatro años después, aunque finalmente se quedó sin billete para Río de Janeiro.

“En aquel momento era el número 29 del mundo, pero tenía a cinco jugadores españoles por delante y solo había cuatro plazas”, señala el gijonés, que entiende el espíritu olímpico, que prima la participación de deportistas de todos los países: “Me dolió no poder ir a Río habiendo gente con peor ranking mundial que yo. Pero son las normas. Tener tan buenos jugadores en tu país tiene cosas positivas y otras veces estas que no lo son tanto”.

Ahora no solo estará entre los elegidos por méritos propios, sino que será el primer espada del equipo español que competirá en Tokio: “No creo que suponga una presión extra para mí. El tenis es un deporte individual, aunque es verdad que en unos Juegos Olímpicos juegas también por tu país. Que no estén Rafa y Roberto es una faena para el equipo español porque con ellos las opciones de medalla serían más altas, pero yo tengo que seguir haciendo lo mismo. Tengo que dar mi mejor versión para intentar subirme al podio”.

Pablo Carreño luchará por las medallas, aunque reconoce que las fechas no son las mejores para él: “Coincide con un momento de la temporada un tanto complicado, ya que se juega justo antes del inicio de la gira norteamericana, una época de la temporada que normalmente se me da bien. Aun así, los Juegos Olímpicos son una oportunidad única. No me lo he pensado en ningún momento. Espero hacer un buen papel. Va a ser complicado por el nivel que habrá en el cuadro de participantes, pero por ganas no será”.

Tras su paso por los torneos de Mallorca y Wimbledon, sobre hierba, y de Hamburgo, en pista rápida, Carreño se considera en condiciones de rendir en el torneo olímpico: “En este sentido, los tenistas tenemos cierta ventaja respecto a otros deportes, ya que mantenemos nuestro ritmo habitual de competiciones”. Y al margen de su resultado en Tokio, el gijonés está convencido de que no será su última experiencia olímpica: “Los próximos Juegos, los de París, serán ya dentro de tres años y espero estar allí porque tendré una edad que me permitirá estar todavía a un alto nivel”.

Como debutante, a Pablo Carreño le faltan referencias de cómo se viven unos Juegos Olímpicos al margen del aspecto deportivo: “Está claro que no van a ser unos Juegos como los anteriores, pero hay que intentar vivirlos de la mejor manera. Como es lógico, alguna restricción vamos a tener, como el hecho de no poder vivir en la villa olímpica con todos los deportistas o no poder ver otras competiciones. Pero estoy seguro de que será una experiencia que merece la pena y habrá que disfrutar de lo que se pueda”.

Sí que está resignado a perderse un momento cumbre de cualquier edición de los Juegos Olímpicos, la ceremonia inaugural, especialmente el desfile, con lo que sueñan todos los deportistas participantes por su simbología: “No sé lo que dirán los técnicos, pero es el día anterior a que empiece nuestro torneo y son muchas horas de pie. Si pudiese iría encantado, por supuesto”.

Aunque siempre le ha tirado más el tenis, Pablo Carreño se declara un apasionado de todos los deportes. Por eso asegura que durante su estancia en Tokio “me gustaría ver de todo. Si por mí fuera estaría el mes entero de los Juegos viendo las competiciones de los españoles para animarlos y que saquen el mayor número posible de medallas”. Lo que espera él, tras celebrar ayer su 30.º cumpleaños, es estar hasta el final en el torneo de tenis, en los partidos por la medalla de oro, previstos para el viernes 30 en dobles y para el domingo 1 de agosto en individual, ambos programados para las 4 de la mañana, hora española.

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