En el gimnasio Asturbox se está siguiendo con detalle y entusiasmo la marcha de Laura Fuertes en el Campeonato del Mundo que se está celebrando en Estambul (Turquía). No en vano, una compañera de entrenamientos con Fuertes está haciendo historia para el boxeo español, tras asegurarse la medalla de bronce, la primera de una púgil nacional en un Mundial, y que hoy peleará por meterse en la final (17 horas, Teledeporte). Para ellos la medalla ya ganada es un poco de todos. Aunque entrena en el CAR de Madrid desde hace un par de años, cada vez que Laura vuelve a Gijón sigue haciéndolo con los que durante varios años fueron sus compañeros y entrenadores. “Todavía estuvo hace unos días antes de marchar para el Mundial”, apunta Pedro Meré, uno de los entrenadores.
“Estamos todos con ella”, aseguran los púgiles que a primera hora de ayer estaban entrenando. Un grupo formado por Pedro Meré, Chema Fernández, Daniel Fernández, Javi Martínez, Oliver Sánchez, Carlos Marmolejo, Reduan Ahsain y Paula Pérez.
“La veo mejorando combate a combate”, manifiesta Oliver Sánchez, con el que la gijonesa se inició en este deporte cuando apenas tenía 16 años. El entrenador recuerda que “está en un buen momento: antes de ir al Mundial había participado en cuatro torneos de los que ganó tres. Este año solo ha perdido un combate”. A pesar de ser un gimnasio pequeño, el Asturbox ha dado púgiles importantes. Antes que Laura de sus cuadriláteros salió Jonathan Alonso, olímpico en Londres y que ahora tiene un tanto abandonado su faceta como boxeador para centrarse en la de actor, ya que forma parte del reparto de la serie “Bienvenidos a Edén”.
Quien más coincidió con Laura es Reduan Ahsain “Llevo unos nueve años en este gimnasio y coincidimos varios años, la conozco como desde hace siete”, explica. Para Reduan “lo que está haciendo Laura ya es historia para el boxeo español, no importa lo que pase mañana (por hoy). Es algo muy importante para el boxeo español, pero especialmente para el femenino. Son puertas que está abriendo para las demás”.
Sus entrenadores definen a la boxeadora asturiana como una púgil “con muy buena técnica, es alta para el peso en el que está (50 kilos) y tiene bastante envergadura, lo que le ayuda en los combates, pero también es fuerte y rápida. Puede decirse que es una boxeadora bastante completa”. Esta tarde tendrá una rival muy complicada, probablemente la más difícil de todas porque Buse Naz Cakiroglu no solo tiene un gran nivel -por ejemplo, es plata en los últimos Juegos Olímpicos-, sino que además pelea en casa: es turca. “No solo es muy buena, sino que para los turcos es un poco el cartel que tienen en este Mundial, así que será una pelea muy dura y que para ganar tendrá que ser de manera muy clara”, reconoce Oliver Sánchez.
No obstante, en el gimnasio coinciden en afirmar que “Laura ya hizo su trabajo, ahora lo que tiene que hacer es disfrutar de la experiencia y lo que venga bienvenido será”. Pedro Meré espera de ella que “haga un combate con la misma inteligencia que los tres que ha hecho hasta ahora. Tiene que pelear con habilidad, pero sin presión”.
Para presión la que hay estos días en su casa. Allí su padre Manuel Fuertes está siguiendo los combates de su hija con bastantes nervios. “El primer día estuve a punto de vomitar”, reconoce.
Manuel recuerda que “de pequeña practicó varios deportes incluso durante un tiempo compaginó el boxeo con el kárate, pero acabó decantándose por el boxeo porque le resultaba imposible hacer los dos deportes y estudiar a la vez”. Aunque vivió en un entorno deportivo, su padre jugó al baloncesto y aún sigue practicando el tenis y tiene una hermana que hizo a un buen nivel gimnasia rítmica “ninguno llegamos al nivel que tiene Laura”, reconoce Manuel, que define a su hija como una chica “responsable y que cuando toma una decisión trabaja para conseguirla”.
A buen seguro que esta tarde el ring en el que peleé Laura se notarán los gritos de ánimo que le envían desde Gijón para seguir haciendo historia.
