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Las historias femeninas de los derbis: así viven ellas la rivalidad (III)

Noelia García Casal e Inés Suárez Martínez-Gandía

Noelia García Casal, vicepresidenta del Club Natación Santa Olaya

Lo suyo siempre fue la natación, pero crecer con un hermano siete años mayor hace adaptarse rápidamente a las normas de la casa. Noelia García Casal, nadadora de la mejor época del Santa Olaya, club del que ahora es vicepresidenta, cumplió sus primeros años viendo a Luisjo darle patadas al balón en el Avilés Industrial. El fútbol enganchó entonces a esta avilesina de 44 años, heredera del sportinguismo de una familia con un pie en Asturias y otro en la mariña lucense, donde actualmente residen sus padres y donde acabó haciendo carrera profesional Luisjo Casal. “Espero una victoria del Sporting y un partido con respeto y tolerancia. El fútbol mueve masas y es referente para los niños. Tenemos que dar ejemplo de valores”, subraya.

Lo tiene todo preparado para el día del partido. No estará sola. Madre de una niña de 12 años, Daniela, nadadora del Santa Olaya y “muy futbolera”, Rubo, el marido de Noelia, completará el sofá de la casa, en Roces, para animar al Sporting. “Como por la pandemia no podemos juntarnos con todos los amigos, hemos pensado en hacer alguna conexión online para estar juntos de otra manera. Un derbi es especial, aporta algo extra. Y siempre es bonito compartirlo con amigos”, explica esta olayista de pro.

“Ojo, que en la pandilla también tenemos gente del Oviedo. Hay piquilla, pero piquilla sana. Eso quiero recalcarlo”, continúa Noelia. Palabra de deportista. Siendo “muy pequeñita” se mudó a Galicia, donde su habilidad en la natación le dio una beca en el Centro de Alto Rendimiento de Pontevedra. A principios de los años 90 volvió a Asturias para fichar por el Santa Olaya y ejercer como una de las protagonistas de la época dorada del club a nivel deportivo. “Soy una mujer de equipo y mi mejor recuerdo es haber podido situar al club entre los tres primeros de España en División de Honor”, destaca. Por eso, porque sabe lo que supone competir en la élite, hace un llamamiento a la cordura.

“El fútbol es capaz de controlar los estados de ánimo de la gente. Eso es decir mucho y hay que ser consciente de ello. Los clubes deben ser conscientes de ello. Hay que aprender también a gestionarlo. Porque no es lo mismo gestionar una victoria que una derrota”, detalla. A Noelia le sale el lado formativo. Tras la retirada, se quedó entrenando en el Santa Olaya, una ocupación que entre unas cosas y otras desarrolló como monitora durante dos décadas. Hace seis años tomó la decisión de hacer su camino, de montar su propia empresa relacionada con la formación deportiva. No sólo lo hace con nadadores. En su agenda hay futbolistas. Algunos, vinculados al Sporting.

“Me gustaría un 2-1, por aquello de que el resultado estuviera por momentos apretado y así tuviera miga el partido. Y como me gusta mucho el trabajo de cantera, voy a decir que los goles sean de Guille Rosas, al que le tengo un aprecio especial, y el otro golito, de Gragera”, confiesa. “Tenemos un gran equipo y una gran actitud en todos los partidos. Me encanta que haya tanta gente joven que venga empujando y que el entrenador demuestre que está sabiendo muy bien elegir en cada momento”, prosigue Noelia, a quien sus ocupaciones en el Santa Olaya la reclaman. “Aquí, en el club, vamos encaminando proyectos y estamos trabajando como el Sporting, con ganas e intensidad”, concluye la vicepresidenta.

Inés Suárez Martínez-Gandía, portera del Oviedo Balonmano Femenino 

En casa de Inés Suárez, con el Oviedo, poca broma. La portera del Oviedo Balonmano Femenino reconoce que ha heredado de su padre no una afición, sino más bien una pasión que les hace vivir los partidos del conjunto azul de una manera muy especial. Y si de lo que se trata es de un derbi, pues eso, bromas ninguna. “La familia de mi padre es muy del Oviedo y mi padre no se pide ningún partido, eso lo he vivido desde que nací, además iba con él casi todos los partidos al Tartiere”. Para la portera, que ha sido internacional en las categorías inferiores de la selección española, el Oviedo “es un sentimiento fuerte”.

Suárez sabe que no va a poder ver el derbi del sábado (18:15 horas) porque ella juega el suyo propio con su equipo ante el Gijón Balonmano 45 minutos después. En este caso será en Oviedo, en La Florida, y, aunque las carbayonas son favoritos, Inés no se fía del todo: “En estos partidos nunca se sabe”.

En cuanto al que va a disputar el Real Oviedo, Inés Suárez espera que en los dos casos sigan la misma receta: “Espero que se esfuercen e intenten hacerlo lo mejor posible, como vamos a intentar hacerlo nosotros”. El resultado que espera lo tiene claro: “Este derbi es para sacar los puntos y tener un final de temporada tranquilo”. El anterior, en época de confinamiento, lo vio “sentada en el sofá, con mi padre, sufriendo y deseando que el Oviedo sacase los tres puntos”. Y así fue como pasó.

Esta estudiante de Psicología, de 21 años, comparte equipo también con su hermana Julia, pero la pasión ya no es tan compartida: “Mi hermana es menos futbolera, sufre menos que nosotros. Sí ve los partidos y, por supuesto, quiere que gane el Oviedo, sobre todo ante el Sporting”. Algo parecido le sucede a su madre: “Prefiere que gane el Oviedo pero para no aguantarnos”.

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