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Monchu y Viti, con las camisetas del Sporting y el Oviedo, ante El Molinón.Marcos León

Segunda División | El partidazo de Asturias

El gol que más se hizo esperar: así acabó Monchu con la sequía sportinguista en los derbis

Después de siete derbis sin marcar, un tanto del delantero a Viti dio al Sporting la primera victoria sobre el Oviedo desde el reencuentro en 1988

Después de siete partidos (630 minutos), el Sporting había sido incapaz de marcarle un solo gol al Oviedo desde la vuelta de los derbis en 1988. Bastaron tres del octavo, el 3 de mayo de 1992, para que Monchu rompiese la sequía. De goles y de triunfos porque aquel tanto tempranero bastó para que los puntos se quedasen en casa. Casi 29 años después los protagonistas de la jugada, el delantero sportinguista y el guardameta del Oviedo, Viti, hicieron memoria para LA NUEVA ESPAÑA.

“Me acuerdo del gol, pero no de que fuera tan pronto”, arranca Víctor Manuel García, Viti (Pruvia, Llanera, 9-7-59), que solo perdió dos derbis en aquella etapa de dominio azul. “El de Juanele me dolió más”, añade el exguardameta en referencia al gol del “Pichón de Roces” que dio la victoria al Sporting en el Tartiere en la temporada 1993-94, con Oviedo en plenas fiestas de San Mateo. “Exceso de confianza, en absoluto”, matiza Viti en referencia a la actitud de un equipo acostumbrado a los éxitos ante su gran rival: “Además, Irureta nos mentalizaba para que no fuéramos de sobrados”.

En el lado contrario, Ramón Suárez del Valle, Monchu (Luanco, 28-11-68) niega temor ante esos partidos o un gran ánimo de revancha: “Sí que teníamos muchas ganas porque en aquel equipo había muchos jóvenes que habíamos salido de Mareo. Y más para mí, que eran los primeros derbis que jugaba”. Sin rastro del de la primera vuelta en el Tartiere, Monchu tiene fresca la jugada del gol que cambió la tendencia.

“Venía de unos días difíciles, con un problema en la espalda”, señala el exdelantero. “El fisio, Loza, me dijo que tranquilo, que iba a jugar seguro, y me machacó durante toda la semana. Por eso, cuando metí el gol fui a abrazarlo”. También relata la jugada con detalle: “El gol vino de un pase largo de Iordanov, Gorriarán y Jerkan no se entendieron y el balón me quedó muerto al borde del área. Le pegué raso y ajustado al poste, y Viti no llegó”.

Pese a ese momento puntual, Viti guarda buenos recuerdos de los partidos de rivalidad. “Se nos daban bien. Siempre fueron muy igualados, podía ganar cualquiera, pero cogimos una buena racha. Y es verdad que las victorias se celebraban de una forma especial. Incluso el alcalde, Gabino de Lorenzo, nos invitaba siempre a una corderada”. Viti reconoce que una de las claves era el vestuario de aquella época: “Muchos éramos asturianos, que siempre lo vivimos de forma diferente. Y también teníamos gente de fuera muy comprometida, con Gorriarán y Sañudo, que marcaban un poco la línea”.

Monchu también le marcó goles al Oviedo durante su etapa en el Sevilla, pero no fueron lo mismo. “Todos te alegran, pero en los derbis se disfrutan de una manera especial. También marqué en algún Sevilla-Betis. Allí los partidos de rivalidad son distintos, con más pasión porque son dos equipos de la misma ciudad. Pero, claro, yo sentía más motivado a los de aquí”.

Monchu y Viti respaldan una de los tópicos de los derbis, antes y ahora: que no importan cómo lleguen los equipos en la clasificación. “Dependerá más de cómo salgan los equipos, de la suerte...”, apunta Monchu, que prevé pocas oportunidades y, por tanto, un resultado en la línea de los últimos años: “Empate o victoria por la mínima”.

Mientras, Viti no oculta que al Oviedo “le empieza a apretar la necesidad de sumar puntos. Si pierde el sábado va a afrontar las últimas jornadas con la necesidad de ganar varios partidos. Espero que no se meta en problemas”. Monchu dice que, pese a las dos últimas derrotas, “no veo mal al Sporting. Es un equipo muy asentado, al que no le crean oportunidades, difícil de ganar”. Y con un as en la manga, Djuka: “Cogió una racha espectacular. Tiene mucho que ver en la temporada que está haciendo el Sporting”.

Viti, que prefiere no opinar sobre el trabajo del “Cuco” Ziganda, valora la temporada de Femenías: “El portero va un poco en la línea del equipo. Si el equipo se siente seguro, él también. Es al que le meten los goles, pero no porque lo haga mejor o peor”.

Pros y contras de la ausencia de público

Tanto Viti como Monchu lamentan la ausencia de público en un partido como el del sábado, pero el exsportinguista introduce un matiz: “Depende de cómo esté el equipo porque la afición del Sporting es de blanco y negro. Si ganas dos partidos, la gente piensa que vas a ascender seguro. Pierdes dos, ya eres el peor del mundo”. “Yo creo que le está viniendo muy bien a los chavales del Sporting que no haya público”, añadió el luanquín. “No tienen esa presión que sentíamos nosotros. Incluso puede beneficiar a los veteranos, a los que en los años anteriores les pitaban. Pero es verdad que el fútbol sin público le falta algo”.

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