Estira por allí, recorta por aquí, recauchuta aquello y el Sporting ya tiene atado a su segundo fichaje. Los "Javis" han acabado con las urgencias para las bandas con Cumic y, tal como ya contó este periódico, con Saúl García. La del lateral ha sido una operación de darle y darle a la lima para pulir la pasta en juego y luego cuadrar los números a martillazos. Los tiempos que corren son así. Tampoco es que Tebas esté relajando los resortes del control económico-financiero por eso del covid. Y si no que se lo pregunten a los vecinos. Todo sea por mantener el espectáculo alejado de la quiebra. Precisamente el Sporting regresa hoy al show por la puerta vip. Los gijoneses tienen la oportunidad de demostrar que el coliderato se debe más a sus fortalezas que a las debilidades de los rivales. Llega el Girona, uno de los candidatos a todo. Será un buen día para ver qué pasa con esa extraña sensación que hace temer que los de Gallego siguen con las mismas carencias de antaño a pesar del pleno de victorias. Aunque quizás simplemente sea una jugarreta del sistema neurológico o de un retorcido estado de ánimo. Lo que sí se espera de esta tarde es ver qué puede aportar Cumic, el serbio que ha llegado para hacer feliz a Djuka a base de carreras por la banda y asistencias. ¡Quién sabe! Puede que sea el inicio de una bonita amistad como la de Rick y el gendarme en "Casablanca", u otro bodrio más de serie Z (de zombi).
