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Antonio Rico

Fútbol es fútbol

Antonio Rico

¿Cuál es vuestro oficio?

Ahora que es imposible ver un partido de fútbol en la tele o, concedámoslo, en los diferentes “dispositivos” sin que las esquinitas de las pantallas estén llenas de información redundante, prescindible, archiconocida, publicitaria o mema, puede que haya llegado el momento de arrancar del lenguaje futbolero algunos topicazos, tics, frases hechas y verdades incontestables que convierten la narración de un partido en un purgatorio. Por ejemplo, y sin ir más lejos.

–En La Liga de fútbol Primera División, eso que insisten en llamar LaLiga Santander, no hay equipos modestos. Punto. Ya sé que suena muy bien decir que el modesto Cádiz Club de Fútbol derrotó al poderoso Fútbol Club Barcelona en el Camp Nou, pero si el Cádiz es un equipo modesto no sé qué tendríamos que decir del Unión Club de Ceares o del Club Deportivo Santiago de Carbayín. No hay nieve frita y no existe la modestia en el fútbol de primerísimo nivel.

–Es ridículo estar orgulloso del esfuerzo de los futbolistas. Los entrenadores dicen que lo están, los directivos dicen que lo están, los capitanes de los equipos dicen que lo están y los aficionados dicen que lo están. Enhorabuena. Yo también estoy orgulloso de mi sistema digestivo y de que me guste el arroz con leche. Un futbolista se esfuerza en el terreno de juego y mi estómago hace lo que tiene que hacer. Si un futbolista no se esfuerza no juega, y si mi estómago me da la lata voy al médico. Espino, el defensa del Cádiz, hizo un esfuerzo enorme en el Camp Nou, pero “Mágico” González también se esforzaba a la manera en la que se esforzaba “Mágico” González. Terminar un partido acalambrado, sudoroso y con un rictus barroco no significa que un futbolista se haya esforzado más que Romario cuando se movía por el terreno de juego como si estuviera acudiendo a una cita en un café existencialista.

–Todos los equipos del mundo juegan partido a partido. Por favor, dejadlo ya. No se puede disputar esta semana el partido de la semana que viene, todos los trabajadores vamos tirando jornada a jornada, en el menú del día vamos plato a plato, no se nos ocurre ver “El Padrino II” antes que “El padrino” y leeremos la trilogía de “El señor de los anillos” partido a partido.

–Las victorias morales apestan. Las matemáticas, ese clavo ardiendo al que todos nos agarramos cuando nuestros equipos están a punto de perder la categoría o están lejos de ganar un título, también sirven para saber quién gana y quién pierde. Gana un título el que tiene más puntos, y gana un partido el que marca más goles. Podría añadir que el portero menos goleado es el que recibe menos goles, que el máximo goleador de un equipo es el que mete más goles y que el equipo que ocupa la última posición es el que menos puntos tiene. Si, después, el Barça considera su segundo puesto en la Liga como una victoria moral o el Cádiz no logra evitar el descenso por un punto después de un gran final de temporada y se consuela con una permanencia moral, los aficionados tendremos que taparnos la nariz porque sus victorias y permanencias morales huelen fatal.

–Todos los equipos de las grandes Ligas tienen mucho oficio porque ese es su oficio. En la película “300”, los espartanos que se dirigen a las Termópilas se encuentran con un contingente de arcadios dirigidos por Daxos que, al saber que Esparta acudía a la lucha contra los persas, están dispuestos a unirse a ellos. Pero los arcadios esperaban a todo el ejército espartano, y no solo a unos cientos al mando, eso sí, de su rey. Leónidas soluciona todas las dudas de forma inteligente: pregunta a tres arcadios cuál es su oficio, y estos responden: “alfarero”, “escultor” y “herrero”; luego, pregunta a sus espartanos cuál es su oficio, y todos gritan: “¡Au! ¡Au! ¡Au!”. “¿Lo ves? –dice Leónidas al arcadio Daxos- ``He traído más soldados que tú”. Si preguntamos a los futbolistas del Cádiz, del Barça, del Rayo Vallecano o del Valencia cuál es su oficio, todos gritarán: “¡Au! ¡Au! ¡Au!” porque el fútbol es su oficio. Ni en el Real Madrid ni en el Mallorca hay alfareros, escultores o herreros. ¿El Cádiz derrotó al Barça con oficio? Por supuesto. Entre otras cosas porque el oficio de Ledesma, el portero del Cádiz, no es la alfarería.

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