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La columna del lector

Vidal Gago Pérez

¡Qué error, qué inmenso error!

“No hay mujeres -éste es, insisto, el aspecto femenino del inmenso error- en el nuevo Gobierno”

Ricardo de la Cierva.- Diario El País. 8 de julio de 1976

Estimados amigos:

Ya bien entrada la noche del pasado miércoles las jugadoras juveniles de nuestro club recibieron un mensaje telefónico. Se les anunciaba que la próxima temporada el equipo sénior no competiría en la División de Honor Plata, categoría en la que se ganaron su continuidad a lo largo de la que concluyó hace unas semanas. Nuestro presidente no daba para ello en ese extemporáneo comunicado, ni lo ha hecho con nosotros como padres de las chicas, explicación alguna a lo que venía siendo un runrún desde hace ya un tiempo.

Hace apenas quince días celebrábamos todos juntos el esperado éxito del ascenso de nuestro equipo masculino a la segunda categoría del balonmano nacional. Quienes hemos sufrido en Vallobín las decepciones de los tiempos en los que militábamos en último peldaño del escalafón, conocemos lo importante de ese logro. Lo que no esperábamos es que ello tuviera como consecuencia un paso atrás, probablemente definitivo, para las aspiraciones de nuestras jugadoras de todas las edades. Es profundamente injusto y por ello doloroso.

Además, como titulaba el conocido artículo que cito al comienzo, es un inmenso error. No quiero hacer trampas, puesto que el autor acumulaba otras circunstancias que consideraba perniciosas en su crítica, pero curiosamente en ella se incluía una cita de nuestro deporte. Al referirse a un político decía que “…a veces coloca tanteos de balonmano. Ha cuajado un excelente equipo”. Insistía asimismo en que “… hoy, en la España de 1976, no puede funcionar un Gobierno sin tener dentro… a las mujeres”. Cuarenta y seis años más tarde bien podemos cambiar la palabra gobierno por cualquier otra organización.

Sin remontarnos tan atrás podemos tomar la hemeroteca de este mismo periódico. En 2010 Mario Braña escribía un afectuoso artículo sobre nuestro club que titulaba La cantera de la felicidad. Lo acompañaba una foto de Luisma Murias en la que aparecían un grupo de alevines, niños y niñas, tras Pepe Rionda, de quien el redactor decía que “se puso al frente de un proyecto que lleva en el nombre toda una declaración de principios: Balonmano Base Oviedo”. Así lo hemos sentido todos siempre y hemos disfrutado jóvenes y mayores de inolvidables momentos en Asturias, en Navarra, en Portugal,… Nadie lo explica mejor que uno de los padres en este chat que hoy echa humo: “Nuestras hijas han luchado como guerreras por el club, por los valores que creyeron que representaba, por lo que significa el deporte con mayúsculas, por lo que se hace que se crezca como persona. No merecen vivir esto”.

Ha sido mucho el esfuerzo y el compromiso para llevar adelante este proyecto que está a punto de malograrse. Justo es reconocer a quienes más han hecho por ello: Bárbara y Jose, del restaurante Los Corzos; los entrenadores de estos años; aquellas madres que recorrieron Oporto buscando un trofeo que la organización del torneo había olvidado, o que han ejercido como delegadas; los padres que han fungido de chóferes; los conserjes de nuestras canchas… y vosotros que, como directivos del club, durante un tiempo apostasteis por ello. Parece ser que ya no lo haréis más y seguramente ya no hay marcha atrás.

Algunos – otros no - seguiremos yendo a ver jugar a los chicos, algunos de ellos hermanos, compañeros o amigos de nuestras subestimadas jabatas. También al exitoso equipo de los mayores, pese a que cada vez reconozcamos a menos de ellos. En todo caso tendremos que hacerlo con un poso de nostálgica amargura, aunque no nos impedirá nunca exclamar ¡Aúpa Base!.

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