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“Asturias necesita un plan”

La región precisa conocer sus debilidades y sus fortalezas, tener claros sus objetivos y dirigir hacia ellos los esfuerzos, aprovechando las ayudas europeas, resaltan los expertos

Asturias necesita un plan, unidad y colaboración, conocerse a sí misma, sus debilidades y sus fortalezas, tener claros sus objetivos, y dirigir hacia ellos los esfuerzos, aprovechando las ayudas europeas. Es el mensaje que lanzan los expertos para afrontar el futuro inmediato.

El arquitecto Javier Calzadilla Pérez sostiene que lo que Asturias necesita es, fundamentalmente, abandonar las políticas cortoplacistas y diseñar un plan: “Qué queremos ser y que podemos ofrecer que los demás no tienen”. Apuesta por pensar en la región como una empresa, y aplicar el análisis DAFO, para conocer sus debilidades, sus amenazas, sus fortalezas y sus oportunidades. Entre las debilidades señala la “desmesurada y anquilosada” estructura burocrática, la “deficiente distribución del gasto público, el “excesivo” peso en el empleo del sector público y la dependencia de una industria pesada cuyas decisiones se toman en el exterior”, dice.

Enumera entre las amenazas la ausencia de un plan de futuro para la región, el retraso en la toma de decisiones por la burocracia, y el despoblamiento, “un problema que no veo que se aborde”, lamenta Pero Asturias también presenta fortalezas, como un espacio rural “casi sin aprovechar y poco explotado”, unas instituciones “muy preparadas para sacar gente cualificada” y una industria “potente” y “con amplia experiencia”, aunque lastrada “por su dependencia exterior y ahora también por los costes eléctricos”, señala.

Como oportunidades para Asturias Calzadilla apunta “la explotación del medio rural, que posibilitaría la reducción de emisiones y la rehabilitación energética, y Europa, que está sembrando el continente de subvenciones, sobre todo para el campo”. Pero para acceder a esas ayudas hacen falta “proyectos”, alerta. Plantea que la “prueba de fuego” llegará en octubre, cuando haya que presentar proyectos para acceder a las ayudas del Fondo de recuperación. “A ver si estamos dispuestos a trabajar”, señala, a la vez que resalta que esos proyectos deben estar basados “en datos”, para lo cual señala el “lujo” que supone contar con la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei). Aboga por realizar un censo de población productiva y está convencido de una cosa: “El futuro es el campo”.

“Lo contrario de la crispación es la reflexión, y Asturias vive excelentes momentos para reflexionar entre todos, cediendo y aportando, pero nunca apartándose”

Pablo Junceda - Presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y subdirector general del Grupo Banco Sabadell

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Pablo Junceda, presidente de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y subdirector general del Grupo Banco Sabadell, indica que “lo primero” que Asturias debe tener “muy claro” son “sus objetivos, hacia dónde deben dirigirse sus esfuerzos inmediatos basados en una financiación potente –básicamente de Europa– que prime la digitalización, la innovación y la sostenibilidad”. Porque “si hay proyectos con ese marchamo, habremos avanzado mucho en el camino de la competitividad”.

Pero muy pegado a los objetivos, Junceda señala la “obligación” de implementar “políticas de colaboración público-privadas, que se han demostrado sumamente eficaces durante la pandemia”. “Empresas y administraciones públicas; empresas y Universidad de Oviedo; empresas y sociedad civil. Todos debemos aportar para el bien común que es Asturias”, indica. “Unidad y colaboración” son la clave. Destaca que, en los últimos meses, esa filosofía ha dado “buenos resultados” en forma de “inversiones consolidadas y proyectos con buenas perspectivas”. Y añade: “Lo contrario de la crispación es la reflexión, y Asturias vive excelentes momentos para reflexionar entre todos, cediendo y aportando, pero nunca apartándose”, finalizó Junceda.

“El Día de Asturias es una buena ocasión para reafirmar el compromiso de FADE con nuestra tierra”, señaló la presidenta de esa entidad, María Calvo. Añadió que ese compromiso pasa “por impulsar una verdadera revolución digital, por diseñar una formación acorde a las necesidades de las empresas y por aprovechar al máximo la oportunidad que suponen los fondos europeos”, añade.

“Queremos que Asturias sea una región atractiva para hacer empresa, que pueda retener y atraer talento. Porque estamos convencidos de que el futuro de Asturias depende del futuro de sus empresas”, concluye la máxima dirigente de la Federación Asturiana de Empresarios.

Jacobo Blanco Fernández, presidente-decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología del Principado de Asturias, ve necesario distinguir entre la crisis estructural de Asturias y la coyuntural a causa de la pandemia. Sobre la estructural, apuesta por cambiar el modelo de políticas económicas actual, por crear nuevos sectores productivos y buscar la creación de rentas propias, en vez de seguir captando rentas externas. Tiene fe en el sector agroalimentario, que es “más pequeño” de lo que le correspondería a la región, y en el biosanitario, “que no acaba de cuajar de forma palpable”.

“Queremos que Asturias sea una región atractiva para hacer empresa, que pueda retener y atraer talento. Porque estamos convencidos de que el futuro de Asturias depende del futuro de sus empresas”

María Calvo - Presidenta de FADE

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La creación de la administración digital es, en su opinión, no solo una necesidad sino un “vector de desarrollo”. Otra oportunidad para Asturias puede estar, señala Blanco, en la generación de energía limpia: hidrógeno, madera, agua... Estos sectores pueden ayudar no solo al desarrollo de la región, sino a equilibrarla, “a llenar la Asturias vaciada”.

Blanco califica de “grave problema” que el gasto corriente haya crecido un 30 por ciento en Asturias en los últimos años y haya menos empleo que hace 45 años, mientras que la inversión pública ha caído por debajo del 75 por cieno y la base imponible es “más o menos la misma que hace diez años”. Además, el área central de Asturias está “totalmente desestructurada”. Son “factores preocupantes”, aunque “lo más alarmante es, a su juicio, que crecen “la desigualdad social y la pobreza”. A lo que se añade que “cada concejo tire por su lado”.

El sociólogo resalta que la pandemia, paradójicamente, ha beneficiado a Asturias en algunos aspectos. Por ejemplo, ha revelado que es “un lugar atractivo para residir, saludable, tranquilo y no muy caro”. Circunstancias que han propiciado también un espectacular aumento del turismo nacional, “que se ha volcado con Asturias”.

El decano del Colegio de Sociólogos destaca que los fondos Next Generation, “bien utilizados”, pueden ser “una palanca” para “poner en marcha nuevos sectores económicos o ayudar en la transformaciones que ya están en marcha”. Problema: observa “falta de ganas” y “cierto cansancio” en Asturias, debido principalmente a una “población envejecida”. Uno de los objetivos para revertir esta situación ha de ser mejorar la tasa de ocupación, porque podría propiciar “un aumento de la tasa de natalidad y la disminución de la pobreza”. Pero no será tarea sencilla, porque para todo ello hace falta, apunta Blanco, “liderazgo y colaboración ciudadana”.

“Nunca tocamos fondo. Y no acaba de surgir ningún sector potente, salvo la Administración pública. No atisbo que esto pueda cambiar, y no veo liderazgo social”

Jacobo Blanco Fernández - Presidente-decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología del Principado de Asturias

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No es optimista “por varias razones”. Entre ellas, “la dinámica de la región en los últimos sesenta años”, la “sensación de abatimiento” y el “repliegue de un sector tras otro”, naval, metal, carbón... “Nunca tocamos fondo. Y no acaba de surgir ningún sector potente, salvo la Administración pública. No atisbo que esto pueda cambiar, y no veo liderazgo social”, indica.

“Tenemos sobrediagnosticado el problema, pero nunca nos ponemos con la solución. Y nos falta casi todo para frenar el declive regional”, añade. Haría falta, concluye, “una palanca que ilusiones a toda la población, un proyecto ilusionante. Y, en vez de seguir administrando la derrota, crear un espíritu de combate”, apuntala el sociólogo.

Roberto Fernández Llera, síndico mayor de la Sindicatura de Cuentas del Principado de Asturias, señala como retos “importantísimos e insoslayables” que debe afrontar Asturias el de la transición ecológica y la digitalización del sector público y el tejido empresarial, pues obligan a acometerlos “la ley y las circunstancias”. Y todo ello, añade, “sin que nadie se quede atrás”. Cree que los fondos europeos suponen “una oportunidad histórica e irrepetible” que Asturias tiene que aprovechar “porque no hay un plan B”. Pero habrá que “gestionarlos bien y aplicarlos a los mejores usos posibles”. Acertar con los proyectos tiene que llevar detrás, añade Fernández Llera, “la mejora de algunos procedimientos de gestión burocráticos excesivamente engorrosos, pero sin perder un ápice de control”.

El síndico mayor quiere ser optimista: “Estamos en una situación favorable. Tenemos una industria que históricamente ha sido muy potente, que se está sabiendo reconvertir y que tiene unos potenciales de futuro enormes”. En cuanto al sector público, que considera “dimensionado al tamaño de la comunidad autónoma”, señala que las reformas que se acometan deben perseguir “la mejora de los procedimientos y de la calidad institucional”.

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