Oviedo,

Marián MARTÍNEZ

Los ingresos en las arcas regionales caerán más del 7 por ciento en 2010 por el impacto de la crisis, según los cálculos del Gobierno regional. Aun así, el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, aseguró ayer a la patronal FADE y a los sindicatos UGT y CC OO que mantendrá en los Presupuestos todos los compromisos inversores adquiridos en el marco de la concertación social, así como el gasto en Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Areces anunció a los agentes sociales que estudiará con vistas a los Presupuestos de 2010 el desarrollo de un plan extraordinario de obras cofinanciado con los ayuntamientos que tengan capacidad económica para afrontar inversiones. Una copia del «plan E», conocido como plan Zapatero, pero a escala regional y que venían reclamando los sindicatos.

El Principado también se comprometió a repasar el proyecto presupuestario en el marco del diálogo social y modificar el destino de partidas económicas pactadas en la concertación, pero que tienen escasa demanda para destinarlas al impulso de la actividad económica y el empleo. El Ejecutivo también aceptó celebrar antes de fin de año unas jornadas específicas sobre industria y energía, como propuso UGT.

El Gobierno regional, la patronal y los sindicatos mantuvieron ayer una reunión extraordinaria del pacto de concertación para analizar el desarrollo de las medidas anticrisis pactadas meses atrás, así como las propuestas realizadas por FADE y recientemente por UGT y CC OO.

La reunión se prolongó durante cuatro horas, que dieron para mucho. Areces explicó a los asistentes el resultado de las negociaciones para reformar el modelo de financiación autonómica y los acuerdos alcanzados ayer mismo con el ministro de Fomento, José Blanco, para el desarrollo de las grandes infraestructuras en Asturias. Incluso el consejero de Salud, Ramón Quirós, aprovechó este encuentro para explicar a los agentes sociales cómo puede afectar la pandemia provocada por el virus de la gripe A en el tejido productivo asturiano y las medidas que se deben adoptar.

Pero lo que más les importaba a la patronal y a los sindicatos era hablar de cómo han evolucionado las medidas anticrisis adoptadas hasta ahora y, sobre todo, de las previsiones presupuestarias para 2010.

El consejero de Industria y Empleo, Graciano Torre, que actuó en calidad de portavoz, aseguró que en lo que respecta a las medidas anticrisis «no hubo críticas especiales. No voy a esperar que los sindicatos digan que todo está bien, es normal que exijan agilidad e impulso, pero analizando su documento, muchas cosas ya se están haciendo o son refuerzos de políticas ya existentes». La patronal, añadió Torre, hizo hincapié en que «hay que potenciar la vivienda y activar medidas para que fluyan los créditos a particulares y empresas de manera más ágil».

La parte relativa a los Presupuestos ya fue más delicada. En la reunión, el consejero de Economía y Hacienda, Jaime Rabanal, puso números sobre la mesa. Pero luego Torre no los hizo públicos porque «estamos en escenarios cambiantes, y los datos con los que se trabaja hoy quizá cambien. En septiembre se acabará de perfilar». Eso sí, cifró la caída de la recaudación en una previsión superior al 7 por ciento.

Una y otra vez Torre se negó a hablar de cifras o de algún plan concreto que no sea uno extraordinario de cooperación con los ayuntamientos para la ejecución de obras municipales. «Se estudiará la posibilidad de incluirlo en los Presupuestos de 2010 y se desarrollará con aquellos ayuntamientos que tengan capacidad de inversión, para que pese a las dificultades económicas puedan ejecutar obras». La patronal reclamó cautela, según Torre, en las inversiones que exijan comprometer gasto corriente.

Del crédito extraordinario que reclaman los sindicatos, con un importe apuntado por UGT de 200 millones, Torre no dijo palabra. «Se va a mantener la licitación como contribución importante a la generación de empleo y la actividad económica», señaló.

Sobre la posibilidad de aumentar el endeudamiento, Torre insistió en que «hay un límite de deuda pública y una caída de ingresos. La deuda se debe compaginar con el ahorro corriente para no entrar en quiebra». Ahí están los límites.