Los ministros de Economía y Finanzas del G-20 aseguraron este viernes que se ha alcanzado una recuperación global mayor de la esperada gracias a los esfuerzos adoptados por el grupo de las 20 principales economías mundiales para poner fin al pánico desatado en la economía global hace más de un año, según el comunicado emitido al término de la reunión mantenida en Washington, en el que no se hace mención ni a la situación de Grecia ni al controvertido tipo de cambio de la divisa de China, el yuan.

En el comunicado, de seis páginas, los ministros y los presidentes de los bancos centrales dicen que la recuperación "ha avanzado más de lo previsto" y atribuyen los progresos alcanzados a sus propios esfuerzos para atajar la crisis.

A pesar del optimismo mostrado en la declaración final de la reunión, el ministro de Finanzas de Canadá, Jim Flaherty, dijo que el Fondo Monetario Internacional había alertado al G-20 sobre el peligro de mostrar un exceso de confianza. "Ha habido alguna preocupación significativa sobre el excesivo optimismo de algunos países en sus previsiones económicas", indicó.

Aunque la situación de Grecia no estaba formalmente en la agenda, ha sido uno de los temas más candentes tanto en la reunión del G-20 como en las conversaciones mantenidas al margen por los representantes del grupo, en las que se ha hablado de que el plan de rescate para el país mediterráneo podrían alcanzar los 45.000 millones de euros, en lo que supone el mayor plan de rescate lanzado nunca para una nación.

Los ministros de Finanzas aseguraron que no están dispuestos a que los problemas de deuda de Grecia se agraven y amenacen la estabilidad de la Unión Europea o de la economía mundial. "Si la casa de tu vecino está en llamas, incluso aunque sea una casa pequeña y, quizá haya sido la culpa de tu vecino, es preferible no ignorar el fuego", indicó el ministro de Economía de Italia, Giulio Tremonti. "Mejor usar un extintor si lo tienes, y nosotros lo tenemos. De otra manera el fuego podría alcanzar también tu propia casa, incluso si se trata de una vivienda más bonita y más grande".

Los miembros del G-20, sin embargo, no llegaron a un consenso sobre la mejor manera de recuperar el dinero público inyectado en la economía para salvar a las entidades financieras, cuyos riesgos situaron a la economía global en la peor situación desde la Segunda Guerra Mundial.

También eludieron pronunciarse sobre si China debería aumentar el yuan para frenar el rápido crecimiento de sus exportaciones. Los representantes del G-20 dijeron que no se había discutido específicamente sobre los tipos de cambio.