Oviedo, Marián MARTÍNEZ

Un estudio reciente del Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF) revela las diferencias que la capacidad normativa de las comunidades autónomas provocan en materia fiscal entre unas regiones y otras. Pero la clave está en saber si esas disparidades suponen un importante ahorro para el bolsillo del contribuyente o un importante ingreso para la comunidad autónoma. La respuesta de los economistas consultados es que no, y el REAF es contundente en sus conclusiones: «Algunos tributos propios de las comunidades (autónomas) no cubren con su recaudación los costes de gestión». El análisis de estos expertos sobre las deducciones autonómicas es similar: «En muchos casos, ocasionan problemas en la gestión que no se justifican por su importancia cuantitativa» para los beneficiarios.

Jesús Sanmartín, presidente del REAF, explica que el «maremágnum» de normas autonómicas, «que además sufre continuas modificaciones, sirve más para crear problemas tributarios y complicar el panorama fiscal español, que la rentabilidad que se consigue». El economista asturiano defiende que las autonomías tengan capacidad normativa en materia fiscal. «La posibilidad existe, y cada una debe decidir si lo utiliza y para qué. Lo importante es que se use cuando realmente va a ser útil, porque si no sólo se lleva a la confusión. Por ejemplo, hacer la misma declaración del IRPF en varias comunidades es un lío, porque unas tienen deducciones que otras no tienen, o gravan más unos conceptos que otros, o han eliminado algún gravamen y otras no». Por ejemplo, Asturias, junto con otras cuatro regiones aprobaron el año pasado aumentar la tarifa autonómica del IRPF para los contribuyentes con rentas más altas. «En realidad se aplica a pocos y aunque todos los ingresos son bienvenidos, y más en época de crisis, el incremento en la recaudación es mínimo. A veces no se cubre el coste de la gestión», explica Sanmartín. ¿Qué pasa con las deducciones autonómicas? «Pues que en realidad se aplican a pocos contribuyentes, porque deben cumplir unas variables determinadas, y se ha reducido la efectividad», mantiene.

Ángel de la Fuente, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y experto en financiación autonómica, respalda también la posibilidad de que las comunidades autónomas «oferten cosas distintas para poder comparar. Sus gobiernos deciden cobrar impuestos y a cambio te tiene que dar servicios. Se supone que si te suben la fiscalidad te dan mejores servicios, mejor sanidad, mejor educación, mejores transportes... Y si te bajan la fiscalidad, pues la Administración tendrá que recortar servicios con la esperanza de que así se genere actividad económica y pueda aumentar los ingresos. En todo caso, los ciudadanos valoran y votan».

Pero la realidad, añade este economistas asturiano, es que «la mayor parte de las deducciones autonómicas se utilizan para promocionar ciertas cosas, pequeñas, y las diferencias de ahorro y/o recaudación global son mínimas» entre unos territorios y otros.

Este mismo argumento le sirve a De la Fuente para negar que estas diferencias entre regiones puedan provocar una competencia desleal. Excepto con los regímenes forales del País Vasco y Navarra, «que tienen su propia normativa y además tienen dinero suficiente como para atraer a empresas. Pero el resto de comunidades autónomas no tienen impuesto de sociedades y las diferencias en el conjunto de la fiscalidad no son muy importantes».

Juan Velarde, consejero del Tribunal de Cuentas y premio «Príncipe de Asturias» de Ciencias Sociales, discrepa. «El prestigioso economista James Buchanan ya publicó en septiembre de 1950 un artículo titulado "Federalismo e igualdad fiscal" en el que explicaba que las relaciones fiscales se habían convertido en uno de los problemas más importantes de Estados Unidos en las anteriores dos décadas, lo mismo que está ocurriendo en España, y allí tuvieron que realizar muchas reformas para arreglar aquel desaguisado», explica.

Y es que, en su opinión, «las diferencias fiscales entre las comunidades autónomas rompen la unidad de mercado y provocan que la población se traslade, y con ella los negocios y la riqueza». Velarde asegura que el uso que han hecho las comunidades autónomas de la normativa fiscal «sólo responde a la necesidad de captar votos».

El economista asturiano indica que «el gran problema de las comunidades autónomas es su enorme déficit, porque aumentaron tanto su gasto público que ahora su déficit dobla el que tiene el Estado. Lo que han hecho adoptando cada una la medida que más le convenía es sólo populismo, pero no sirve para solucionar el problema de déficit que tienen».

Asturias figura, en el informe de los asesores fiscales, entre las comunidades con mayor presión fiscal en el IRPF y las compraventas de viviendas. Todo lo contrario que en el caso del impuesto de sucesiones (herencias), en el que el Principado y Cataluña son las más benevolentes con el contribuyente y Galicia y Baleares las que más castigan a los herederos.

«Lo que han hecho las comunidades es populismo, no solucionar su déficit»

<Juan Velarde >

Consejero del Tribunal de Cuentas

«La mayor parte de las deducciones se utilizan para promocionar cosas pequeñas»

<Ángel de la Fuente >

Economista del CSIC