El banco que el año pasado promovieron Cajastur, CAM, Caja Extremadura y Caja Cantabria precisaría, de llevarse a cabo finalmente la fusión, 2.784 millones de euros para recapitalizarse, el doble de los 1.447 millones que dictaminó el Banco de España el 9 de marzo. El grupo, a la vista del deterioro de las cuentas de CAM y la tendencia de sus cifras, y ante los previsibles requerimientos de las pruebas de esfuerzo a las que la UE volverá a someter a la banca europea el próximo verano, solicitó ayer (último día de plazo) 2.784 millones de capital público al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

A la vista de estas cifras, que ayer por la tarde fueron dadas a conocer a los consejos de administración de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura, la tesis de la presunta «inviabilidad» del proyecto cobra cada vez más fuerza a escasas horas de la celebración mañana, miércoles, de las asambleas de las cuatro cajas de ahorros que deberán aprobar o desestimar la fusión de forma ya irrevocable.

Aunque los consejos de administración de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria no elevarán a sus asambleas una propuesta formal de voto ni a favor ni en contra de continuar con la fusión, miembros de los consejos que pudieron ser consultados anoche opinaron que las cifras que se van conociendo cuestionan cada vez más la continuidad del proyecto por el efecto arrastre que el deterioro de CAM podría ejercer sobre sus tres socios, a la suma de los cuales (incluido el Banco CCM, filial de Cajastur) la caja alicantina supera en tamaño.

Bastaría que una de las cuatro asambleas rechace la fusión para que ésta quede definitivamente rota. La perspectiva, por tanto, es muy sombría para el futuro del que iba a ser el quinto grupo financiero de España y tercero de las cajas de ahorros.

La petición de 2.784 millones de capital estatal al FROB fue aprobada por unanimidad por las cuatro cajas (incluida CAM) en el consejo de administración del llamado Banco Base el día 23 y ayer fue ratificada y formalizada oficialmente. Aunque CAM prefería captar esos recursos en Bolsa, finalmente se sumó el mismo día 23 a la posición de los otros tres socios para pedir la ayuda del Estado.

El Banco de España había cuantificado en al menos 1.447 millones las necesidades de este grupo financiero para alcanzar una ratio de solvencia del 10% de «capital principal» sobre activos ponderados por riesgo. Esta cuantificación de recapitalización se hizo con los datos al cierre de 2010 y para llegar a la cota de solvencia que impuso el Gobierno con su decreto del 18 de febrero. Fue por lo tanto una foto estática de la situación del grupo, muy lastrada por el grave deterioro de CAM durante el último año.

Pero ahora, lo que ha hecho la fusión es una cuantificación dinámica de sus necesidades de capital para garantizar su solvencia al menos a medio plazo, y a la vista de las proyecciones de morosidad de CAM y de las previsibles exigencias europeas.

La entrada del FROB con 2.784 millones, cuando el capital social del Banco Base es de 4.583 millones, supondría que el fondo estatal asumirá al menos el 38% del capital del banco, lo que le convertirá en el mayor accionista. Al tratarse de una ampliación de capital, los socios preexistentes verán diluida proporcionalmente su aportación. De este modo, Cajastur y CAM, que ahora tienen el 40% cada uno del banco, pasarían a tener sólo el 24,17% aproximadamente; Caja Extremadura, que posee el 11%, rebajaría su posición al 6,84%; y Caja Cantabria, que tiene el 9%, se quedaría sólo con el 5,59%.

Estas proporciones podrían oscilar, dado que están estimadas sobre el valor en libros de las participaciones actuales y el FROB cuantificaría su peso real en el accionariado y en el consejo mediante una valoración propia del capital del llamado Banco Base, cuya tasación ha encargado a un grupo externo. Fuentes del Banco de España dijeron que las valoraciones se harán sin descuentos.

A los 2.784 millones solicitados al FROB como inyección de capital hay que sumar un préstamo que el grupo ya pidió y obtuvo (aunque aún no ha sido desembolsado) por otros 1.492 millones y por el cual el FROB percibirá un interés anual mínimo del 7,75%.

Este préstamo del FROB deberá ser garantizado por el Banco Base con una emisión de participaciones preferentes, que el FROB ejecutaría y convertiría en capital si el grupo no lo amortizase en cinco años.

La suma de ambas aportaciones, de materializarse finalmente como capital, daría al Estado, a través del FROB, una posición en el banco de al menos el 48,26%. Esta participación podría ser superior en función de la ecuación que utilice el FROB para cuantificar el valor real de los recursos propios de la entidad bancaria. Todo ello rebajaría aún más el peso de las cuatro cajas en el capital y consejo del banco.

Las asambleas generales que mañana celebrarán Cajastur, CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura serán decisivas. Los máximos órganos soberanos de las cuatro entidades deberán ratificar o no el acuerdo de fusión. El proyecto de integración fue presentado al Banco de España con una cláusula suspensiva que supedita la eficacia jurídica y societaria del acuerdo de integración a que lo ratifiquen el día 30 las asambleas de las cajas.

Lo que mañana se somete a votación, según la convocatoria que se hizo el 25 de febrero, es si las asambleas de las cajas aprueban o no la segregación de sus activos para traspasarlos al Banco Base. Si prospera el sí las cajas deberán entregar al banco todos sus activos y pasivos salvo sus marcas y obras sociales. Aunque los consejos de administración de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura no parece que vayan a formular una recomendación de voto a las asambleas, éstas conocen desde hace días que las cúpulas de estas tres cajas están decididas a romper los pactos que alcanzaron en mayo y julio pasado con CAM y a restablecer una nueva fusión pero sin la caja alicantina por temor a que su grave empeoramiento de resultados las arrastre o las obligue a acrecentar la nacionalización del banco.

Los datos dados a conocer ayer en los consejos de las cajas sobre la situación de CAM y sobre las necesidades de capital público que precisaría el grupo para afrontar el deterioro de la entidad alicantina ha arrojado muchas más zozobras de las que ya existían sobre la operación.