El procedimiento utilizado por el Gobierno para tomar el control de Bankia-BFA es el mismo que empleó el anterior Ejecutivo para nacionalizar, a través del FROB, los grupos Cantalunya Caixa (en proceso de subasta), Unnim (ya adjudicado a BBVA) y Novacaixagalicia (pendiente de subasta). Además de esas tres nacionalizaciones, el Banco de España intervino (y nacionalizó en algún caso) otras cuatro entidades: Caja Castilla La Mancha (adjudicada a Cajastur, hoy Liberbank), Cajasur (integrada en BBK), CAM (absorbida por Banco Sabadell) y Banco de Valencia (en proceso de adjudicación).

La nacionalización abre paso además a presumibles cambios en los consejos de administración de Bankia y de la matriz BFA. Ayer mismo, el asturiano José Manuel Fernández Norniella, consejero ejecutivo de Bankia y adjunto a la presidencia, abandonó su puesto siguiendo los pasos de su mentor, Rodrigo Rato. La profesionalización y despolitización de la cúpula de Bankia ha empezado por la renuncia de Rato y el nombramiento como presidente de Goirigolzari. Según algunas informaciones periodísticas, la conveniencia de renovar la presidencia del banco fue planteada al ministro de Economía, Luis de Guindos, por los presidentes de las tres mayores entidades españolas (Emilio Botín, del Santander; Francisco González, del BBVA, e Isidro Fainé, de Caixabank) durante un encuentro que mantuvieron la pasada semana.

Otros datos apuntan, además, que la salida de Rato y el plan para nacionalizar Bankia se aceleraron ante las reservas que estaba expresando la auditora Deloitte sobre las cuentas del grupo el pasado año. Según esa versión, Deloitte apreció un desfase en la valoración patrimonial que BFA hacía de su filial Bankia. BFA contatilizaba su participación en Bankia con un valor de 12.000 millones de euros, cuando en Bolsa vale 2.000 millones. Deloitte consideró necesario rebajar esa tasación de 12.000 a 8.500 millones, que es la valoración contable. En esos términos se producía un agujero patrimonial de 3.500 millones de euros que BFA estaba obligada a reparar, una tarea imposible para una entidad cuyos beneficios anuales en 2011 no pasaron de 41 millones.

Anoche, el Banco de España confirmó que ya están en marcha los trámites para la nacionalización de Bankia.