Oviedo, J. CUARTAS

José María Díaz Pevida, presidente y fundador en 1976 de la compañía Técnicas de Conexiones (Tekox), falleció ayer en Oviedo a los 86 años.

Díaz Pevida (Oviedo, 1925), un emprendor que se forjó como empresario partiendo de una extracción humilde, impulsó la compañía, con factoría en el Parque Tecnológico de Llanera y especializada en la fabricación de conexiones eléctricas de baja tensión, que desde hace años dirige, como consejero delegado, su hijo José María Díaz-Pevida Canal, ex presidente del Club Asturiano de la Calidad. El empresario fallecido también fue impulsor del polígono de Asipo.

Huérfano desde los seis años, quedó al cuidado de sus abuelos maternos, molineros en La Corredoria. Tras dos años en la Escuela de Artes y Oficios, ingresó a los 16 años en la Fábrica de Armas de La Vega (Oviedo) como aprendiz y se quedó como obrero en plantilla. Empezó entonces los estudios de maestro comercial por libre, fue jefe de contabilidad en la empresa minera Ortiz Sobrinos, finalizó la intendencia mercantil examinándose en Bilbao y pasó a trabajar en Minas del Eo y luego en la empresa comercializadora de pinturas Acisa. Tras su cierre, impulsó Auquisa con un socio para operar en el ámbito del mantenimiento y conservación de instalaciones industriales y que perduró hasta los 70.

Su entrada como directivo y accionista en Industrial Tornillera de Pumarín, a propuesta del propietario, le permitió derivar su actividad hacia la fabricación de regletas y bornes bajo la patente de la compañía madrileña Margil. Aunque esta sociedad acabó por convertirse en fabricante y competidor, la liberalización de la patente permitió el nacimiento de Tekox en 1976, en la que Díaz Pevida contó con el apoyo de varios socios. Tekox acabó comprando a Margil en los 80 y absorbiéndola en 1990. Desde 1978 exporta y hoy lo hace a 38 países. Casado con Manuela Canal Riego, tuvo tres hijos (José María, Leonardo y Alicia) y cinco nietos. Sus restos estarán hasta las 14.00 horas de hoy en el tanatorio El Salvador y serán incinerados en la intimidad familiar.