Washington, Agencias

El economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, ha reconocido el «error» cometido por el organismo internacional a la hora de recomendar recortes a los gobiernos europeos, ya que no supieron entender que el compromiso de las autoridades con la austeridad acabaría con el crecimiento.

El FMI publicó un informe con el título de «Errores en el pronóstico de crecimiento y multiplicadores fiscales» -el impacto que tiene el gasto del Gobierno o el aumento de los impuestos en los resultados económicos de un país- firmado por Blanchard.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce que algunos de sus pronósticos subestimaron los efectos de las medidas de austeridad en el desempleo y el crecimiento del producto interior bruto (PIB). El documento, firmado por Blanchard, y Daniel Leigh, concluye en uno de sus puntos: «Hemos encontrado que los realizadores de pronósticos subestimaron significativamente el incremento en el desempleo y la caída en el consumo privado y la inversión asociados a la consolidación fiscal». Y añade que en el caso de Grecia, el desvío en aumento de la deuda a pesar de los recortes de gasto fue mayor de lo esperado según los estudios realizados al principio de la crisis.

«The Wall Street Journal» señalaba en su edición de ayer que constatar el efecto de estos errores habría llevado a la entidad a recomendar medidas de austeridad menos severas en el caso de España y Portugal, para evitar así un deterioro masivo de las economías de estos países como en el caso de Grecia.

Según Blanchard y Leigh, los pronósticos del FMI utilizaron multiplicadores fiscales de 0,5, cuando en realidad la cifra sería de 1,5, lo que significa que por un dólar que recorta el Ejecutivo de su presupuesto cuesta a la economía del país 1,5 dólares.

Aun así, Blanchard y Leigh indican que «los resultados no quieren decir que la consolidación fiscal sea indeseable», ya que las economías avanzadas deben ajustar sus presupuestos. Aunque no se trata de la postura oficial del FMI, el documento podría producir un cambio en los estudios de los economistas del Fondo a la hora de recomendar mantener los recortes en algunos países europeos.