Petardos, percusión, silbatos... Los sindicatos minoritarios (CSI, CGT y SUATEA) pusieron colorido y ruido ayer a las calles de Gijón en el Día del Trabajo. Unos 2.500 manifestantes secundaron su protesta, en la que marcaron sus diferencias respecto a los sindicatos mayoritarios, o "del régimen", como les apodaron.

Con un ambiente entre lo reivindicativo y lo festivo, la manifestación transcurrió muy estirada: la cabeza de la misma ya estaba aproximándose a su destino, en el Náutico, cuando la cola apenas había salido del Humedal y se encontraba en la plaza del Carmen. Predominaron los cánticos en asturiano: "La llucha ye l'únicu camín" o "Violencia ye nun llegar a fin de mes". Aunque no faltaron clásicos como "Que viva la lucha de la clase obrera". Además de los dirigentes de los sindicatos minoritarios, a la protesta asistieron responsables de Podemos: tanto el candidato regional, Emilio León, como el de Gijón, Mario Suárez del Fueyo.

Eugenia Mediavilla, del colectivo de Parados y Precarios, fue la encargada de leer el discurso en nombre de la CSI. Denunció que en el Principado "la realidad empieza a dar vértigo" y acusó al Gobierno asturiano del PSOE de ser "completamente inútil". Asimismo, cargó contra la inauguración de la calle Antonio Tajani, político conservador de la Unión Europea que colaboró en el mantenimiento de Tenneco. "Que devuelvan el nombre de la calle a Miguel Hernández", reclamó.

Cristina Tuero, portavoz de la CGT, tildó a los dirigentes de UGT y CC OO de "sindicalistos del régimen", un término que se repitió varias veces a lo largo de la protesta. Faustino Zapico, de SUATEA, cargó contra los ejecutivos nacional y regional y llamó a "parar las agresiones que está sufriendo el pueblo desde la troika y sus marionetas en Madrid y Oviedo".