El administrador concursal de Fundición Nodular reclamará 46 millones a los antiguos responsables de la empresa (15 consejeros y un directivo), a los que considera culpables del proceso que abocó al cierre de la empresa de Lugones, fabricante de cilindros de laminación para la industria siderúrgica, y que ahora está en liquidación. Los acusados y la propia sociedad concursada, defendidos por cinco abogados, negarán la culpabilidad en la vista, que se celebrará en junio, y en sus informes mantienen la calificación de concurso fortuito.

Según medios del caso, el administrador concursal había planteado en su informe provisional la existencia de supuestas irregularidades en la gestión y administración de la empresa antes de que se acogiera al concurso, aunque en su dictamen definitivo concentra el reproche en presuntas irregularidades contables.

Las defensas han presentado informes periciales en contra de esta tesis y alegarán en el proceso que los auditores informaron favorablemente las cuentas y no advirtieron anomalías ni hicieron salvedades de esa naturaleza.

El perito nombrado a petición del administrador concursal fue recusado por las defensa y éstas también han pedido la recusación del que fue propuesto a continuación.

Fundición Nodular, fundada en 1956 y participada por varias familias antaño propietarias de la siderúrgica Fábrica de Mieres y por bancos (en particular, el Santander, heredero de la antigua participación de Banesto), solicitó el concurso (la antigua suspensión de pagos) en marzo de 2013. La compañía, único fabricante español del sector, titular de tecnología propia y con una elevada presencia en los mercados de exportación, daba empleo en ese momento a 178 trabajadores.

La unidad productiva (los activos de fabricación, terrenos e instalaciones) fue adjudicada en noviembre de 2014 a un inversor, Tennyson Investment, que nunca satisfizo el importe que se comprometió a pagar. Aunque se le dio un ultimátum en junio de 2015, el adjudicatario no compareció.

La factoría permanece cerrada e inactiva y sólo espera la venta por lotes de sus bienes, por lo que se da por extinguida la posibilidad de reanudar la actividad fabril que durante 57 años se desarrolló en la planta de Lugones (Siero).